Resultados concretos tras décadas de investigación

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Los próximos 50 años prometen traer cambios radicales en el sector de la salud humana. Los últimos adelantos en inteligencia artificial junto con los sucedidos en genética, en el entendimiento del microbioma, la biotecnología y bioingeniería nos hacen predecir que esto es solo el comienzo.

Las nuevas herramientas informáticas permiten una gran capacidad de almacenaje y procesamiento de enormes volúmenes de información. Esto hace posible que la información a la que pudimos acceder luego de décadas de investigaciones (el genoma humano completo, por ejemplo) pueda ser procesada y utilizada para fines concretos. De hecho, ya existen plataformas como Watson, que permiten identificar el mejor tratamiento para cada paciente de cáncer de mama. Es probable que en el futuro las apps médicas con inteligencia artificial puedan, mediante cuestionarios y algoritmos, recetar estudios diagnósticos a los pacientes y analizar estos estudios para dar un diagnóstico certero y establecer el tratamiento adecuado. Las enfermedades metabólicas o degenerativas, como la diabetes, el Alzheimer, Parkinson, e incluso el cáncer, podrán detectarse antes de manifestarse gracias a un estudio genético. Además, al estudiar el genoma, se podrá tener la información necesaria para elegir el tratamiento correcto para cada persona, ya que, como las personas tenemos diferentes genomas, estas variaciones pueden afectar la forma en que el cuerpo responde a ciertos medicamentos. Esto es conocido como medicina personalizada, y promete ser el futuro del diagnóstico y tratamiento de las enfermedades.

 

Hoy se sabe que la comunidad microbiana comensal, simbiótica o patógena que reside dentro de nuestro cuerpo y en nuestra piel (el microbioma) puede afectar el metabolismo y la inmunidad del hospedador, y así influir significativamente en el desarrollo de una variedad de enfermedades. Desbalances en las poblaciones de la flora intestinal están siendo asociados a enfermedades que hasta el momento se desconocía el origen etiológico, como por ejemplo el autismo y las alergias.La información de la genómica, transcriptómica y proteómica del microbioma se utilizará como herramienta para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de estas enfermedades.

 

Revolución en vacunas

 

Las vacunas son la forma más eficiente de combatir las enfermedades infecciosas. Las últimas décadas vieron nacer la Vacunología Reversa, que utiliza el genoma del patógeno para el desarrollo de vacunas. Más tarde, la Vacunología Reversa 2.0 incorporó la caracterización de la respuesta del sistema inmune humano contra cada antígeno estudiado. Estas herramientas sin duda son y serán la base de las vacunas de aquí en adelante. Recientemente, nuevos enfoques de inteligencia artificial lograron la predicción, a partir de secuencias de aminoácidos, de la estructura tridimensional de las proteínas (la cual determina la función de las mismas). En las próximas décadas se podrán diseñar vacunas in sílico (en papel), con una precisión impactante, sin necesidad de pasar por numerosos ensayos in vitro (en laboratorio) e in vivo (en animales)Por lo tanto, se podrá tener una vacuna contra un agente infeccioso emergente en semanas.

 

En 1985 Argentina fue el primer país de Sudamérica en dictar Bioingeniería como carrera de grado. Es de esperar que en las próximas décadas, las prótesis biónicas se perfeccionaran de la mano de estos ingenieros junto con los avances en la impresión 3D con tejido y los avances en electrónica. Por otro lado, corazones artificiales ya se utilizan durante períodos cortos. Además, existen desarrollos prometedores con células madre que nos permiten soñar con órganos complejos biosintéticos, así como la regeneración de tejidos nervioso, en un futuro no muy lejano.

 

En conclusión, los extraordinarios avances biotecnológicos de los últimos 50 años podrán explotar su máximo potencial durante los próximos 50, gracias a las herramientas informáticas y electrónicas que nos permiten procesar una inmensa cantidad de datos en dispositivos cada vez más pequeños.

 

(*) Líder de Innovación de Sinergium Biotech, compañía biofarmacéutica argentina con proyectos con Grupo Insud, entre otros

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