Ambas opciones ofrecen ventajas y desventajas, pero una de las consideraciones más cruciales para los residentes es el costo de las expensas.
A diferencia de los encargados de edificios, que suelen ofrecer un abanico de soluciones a las cuestiones cotidianas del edificio y de los departamentos del mismo; el personal de seguridad solo es responsable de mantener la seguridad de los moradores y la propiedad.
Ellos trabajan las 24 horas del día, de lunes a lunes. Muchas veces en dos turnos, donde el descanso puede escasear. Incluso, cuando los guardias se toman vacaciones se requiere capacitar a los reemplazos. Y cuando están de guardia, cualquier necesidad de desplazamiento puede implicar dejar el objetivo desprotegido, con algo tan simple como ir al baño. Por otro lado, ante una urgencia en el inmueble, la respuesta presencial es inmediata. Por ejemplo, una emergencia médica.
En contraste, los edificios que optan por un servicio de monitoreo externo pueden evitar los gastos asociados con los salarios, vacaciones, reemplazos y entrenamiento del personal de seguridad.
“Históricamente, el hecho de tener al encargado del edificio que estuviera apostado en la entrada o tener al guardia de seguridad custodiando la puerta es lo que brindaba una sensación de seguridad psicológica entre los residentes.
Hoy, la novedad pasa por los tótems virtuales, que son monitoreados a distancia. Si se produce una entradera, el personal -al no ser parte de la situación- puede avisar de inmediato a las fuerzas de seguridad, sin posibilidad de ser reducido por los delincuentes”, explicó Gabriel Brodsky, CEO de la firma Predial.
En ese sentido, advirtió que los edificios con custodios tienen expensas más altas porque están dedicados exclusivamente a esa propiedad y en los servicios de monitoreo cada agente -dependiente de la empresa- puede estar monitoreando hasta ocho cámaras al mismo tiempo. “En promedio, serían entre 3 y 4 consorcios y el costo operativo se distribuye entre varios edificios y eso baja su costo”, ejemplificó Brodsky.
Entre los beneficios de los sistemas de seguridad modernos, Brodsky ponderó que “los totem no se toman vacaciones, no llegan tarde y si tienen que ir al baño hay un sustituto que se sienta en la silla para seguir observando y nunca va a quedar descubierto el objetivo a vigilar”.
Brodsky aseguró que los valores de los totems “son entre 4 y 5 veces más bajos que tener a un guardia de seguridad en el lugar” y que “el mantenimiento del sistema es muy sencillo porque es una computadora conectada a Internet y los equipos se los entregan en comodato al edificio”.
Además, todas las imágenes que recopilan los totems son proyectadas en tiempo real y son almacenadas por la empresa prestadora del servicio en forma remota. También permiten la interacción con los visitantes y prever con antelación sobre situaciones que ameriten evaluación o la toma de decisiones para garantizar el resguardo de las instalaciones.
Y así como el personal de seguridad físico pueden estar únicamente en un lugar al mismo tiempo (como la entrada), los totems disponen de cámaras adicionales dentro del edificio que les posibilitan recorrer en simultáneo el perímetro completo del lugar: cocheras, ascensores, pasillos, escaleras, contra frente, etc.
“La principal dificultad de los totems es que no hay nadie presente ante una emergencia, que sí podría solucionar el personal de seguridad”, enfatizó Brodsky.
Ambas opciones tienen sus méritos y es esencial considerar cuidadosamente sus necesidades y presupuesto antes de tomar una decisión. Al hacerlo, los residentes pueden encontrar la opción que mejor se adapte a su estilo de vida y proporcionarles la tranquilidad que están buscando en su hogar.