El miércoles 12 de julio, el Departamento de Bomberos de Austin, Texas, respondió a una alarma de incendio proveniente de una fábrica de papitas fritas (tortilla chips como las llaman allá o totopos como las llaman en México). Una enorme llamarada se elevó en el aire cuando todo un lote de papitas fritas explotó espontáneamente. Los bomberos publicaron en Facebook que la fábrica estaba ensayando una nueva mezcla de sabores que no anduvo muy bien y resultó en un verdadero incendio.
Un informe de la CBS explicaba que, fuera lo que fuera que contenían esas papitas, era extremadamente volátil. Tres días más tarde, más cajas con las mismas papitas se prendieron fuego espontáneamente. Una vez que los bomberos hubieron contenido el fuego, empaparon las cajas restantes con el mismo tipo de sabor para asegurarse de que no se incendiaran.
