jueves, 21 de noviembre de 2024

Nuevas paternidades con perspectiva de género

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¿Cuál es la imagen “correcta y deseable” de ser un varón en esta época?

Por Mariela Mociulsky (CEO de Trendsity) y Ximena Díaz Alarcón (directora socia) 

Las conquistas conseguidas por las mujeres, efecto de luchas por más derechos y equidad, pråovocaron cambios en el posicionamiento de los varones. El posicionamiento masculino se va modificando a medida que el femenino se re configura, y surgen nuevos interrogantes. 

 

Los cambios en relación a los géneros trajeron aparejados nuevas formas de educar a los hijos y también momentos de incertidumbre. La mayoría de los padres que entrevistamos en 5 países de nuestra región (Argentina, Chile, Perú, Brasil y México) reconocen que las “recetas” de sus padres, no les son suficientes y que muchas veces son los mismos hijos e hijas quienes provocan nuevas reflexiones.

De la investigación, emergen nuevos modelos de masculinidades que determinan un rol diferente como padres. La mayoría de los entrevistados declara que tienen ahora roles más sensibles, que valoran estar presentes, son más demostrativos, afectivos, involucrados y van pasando de la “colaboración” a estar de a poco más comprometidos con las tareas de crianza y del hogar, tradicionalmente asignadas a las mujeres. Igualmente, en general también se admite que no existe todavía una igualdad en el reparto de tareas así como no es tal en la igualdad de posibilidades para hombres y mujeres, la brecha existe y faltan muchos años aún.

Muchos de los padres reconocen que cuando falta la mujer hay muchos aspectos del cuidado de los hijos y del hogar que les resulta difícil sustituir, y las mujeres declaran que aun estando de viaje o trabajando, siguen manteniendo la mayor responsabilidad en la organización hogareña. Sin embargo, no es lo que están buscando transmitir a sus hijos e hijas. Buscan que el reparto de tareas ya desde niños, sea más igualitario.

Y en muchos casos, son las mismas hijas, e incluso los hijos, quienes critican si perciben desigualdades. Son muchos los padres que admiten que sus hijas les hicieron cambiar el modo de pensar en relación a género.

El estereotipo del hombre asociado a la masculinidad hegemónica hoy es fuertemente cuestionado. Es un momento bisagra. Estas nuevas masculinidades coexisten con las masculinidades tradicionales que también siguen siendo parte de la sociedad.

También es cierto que “para que estas nuevas masculinidades se desplieguen, las mujeres tienen que dar lugar y soporte lugar a ese hombre más sensible, más frágil, más presente en la crianza y en la casa, y menos proveedor” agregó en el marco de la investigación Sergio Zabalza, psicoanalista y uno de los expertos consultados.

 

Una sensibilidad distinta

 

Tiene que haber quien acepte que ese hombre tiene una sensibilidad distinta a la del macho proveedor, y que de ambas partes, se resuelvan los miedos que conlleva el perder los lugares tradicionales que de alguna manera ordenaban y fueron supuestamente eficientes para sus padres cuando los criaron, y hoy se admite que no resultan tan eficientes pero igualmente es difícil abandonarlos.

Se perciben avances y retrocesos, inquietudes e incomodidades, como en todo cambio cultural. Esta convivencia de las nuevas masculinidades con la representación tradicional del varón está en tensión. La crianza tradicional ofrecía una clara distinción entre emociones, que caían del lado materno, y cuestiones más estructurales o rígidas, que caían del lado paterno. Pero esta nueva crianza viene a modificar los lugares tradicionales de lo femenino y lo masculino.

El movimiento pasa porque el varón y la mujer comienzan a separarse de estas nociones y a compartir los roles. La generación actual, especialmente los padres Millennials, está en transición, fue educada con los valores tradicionales y hoy busca transmitir los nuevos. Posible que se adviertan los efectos de esta nueva crianza más adelante, a través de los niños y niñas que hoy están siendo criados con esta perspectiva. En definitiva, el actual es un momento donde hay que llevar un termómetro constante. Estos cambios en los géneros no sólo están cambiando con rapidez, sino con profundidad.

 

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