Por Lucila Ayala (*)
Para enfrentar la crisis y la virtualidad a la que nos vimos sumergidos, los gobiernos pusieron en marchar modalidades alternativas de aprendizaje, ya que cerca de dos tercios de los estudiantes de todo el mundo seguían afectados por las medidas de confinamiento. En América Latina, la urgencia de estos cambios y la relativa inexperiencia en educación digital constituyeron un doble desafío, agravado por las desigualdades socioeconómicas y limitaciones de acceso a internet presentes en toda la región.
En América Latina y el Caribe, son solo 2 sistemas educativos los que no tuvieron cierre nacional de escuelas: Guyana Francesa y Nicaragua (UNESCO, 2020). La nueva situación nos llevó a enfrentar nuevos desafíos como transitar la pandemia manteniendo clases sin sobrecargar a los diferentes actores, tratar de establecer un vínculo pedagógico de manera remota y estar atentos a lo que sucedía alrededor en este contexto.
Sabemos que una educación se nutre de muchos factores, entre ellos, la capacidad de adaptación a los cambios sociales y tecnológicos que afectan directamente al proceso de enseñanza-aprendizaje, la necesidad de mantener buenos estándares de calidad educativa, así como también la necesidad de que la actividad educativa tenga una continuidad.
De hecho, la falta de continuidad es uno de los factores que más se vieron afectados en los últimos 3 años y que deben tomarse para analizar las consecuencias del efecto negativo impactado en la educación.
Como ya conocemos, la pandemia mundial provocó cambios radicales en el mundo de la educación y hasta la fecha aún se desconocen completamente sus efectos. En este sentido, las estadísticas educativas son la mejor herramienta para diagnosticar y analizar la situación escolar que viven hoy en día millones de estudiantes en Latinoamérica. Estadísticas educativas que toda institución debe conocer.
Estos son algunos de los datos más recientes y relevantes para cualquier institución educativa, sobre todo de índole pública, pues ayudan a tener una mejor idea de las condiciones en que se encuentra la educación en Latinoamérica.
Afectaciones post-pandemia en el aprovechamiento escolar
En un informe elaborado por el Banco Mundial sobre “los costos y la respuesta ante el Impacto de la Pandemia de COVID-19”, se analizaron los estragos causados durante el 2021, dando como resultado los siguientes ejemplos de estadísticas educativas:
• Antes de la pandemia, alrededor del 51% de los niños menores de 10 años no contaban con las habilidades para una correcta comprensión lectora.
• Se estima que actualmente son más del 62 % los niños menores de 10 años que no cuentan con habilidades de comprensión lectora: 7.6 millones de infantes en toda la región.
• Se estima que cerca del 43% de los colegios a nivel primario y un 62% de las escuelas secundarias en toda Latinoamérica tienen un acceso a internet muy pobre o inadecuado.
• Luego de los primeros 10 meses de confinamiento, el 71% de los estudiantes de primer año de secundaria se mostraron incapaces de comprender un texto breve de dificultad básica, cuando antes de la pandemia el porcentaje apenas era del 55%.
• A futuro, se considera que los estragos de la pandemia en la educación generen una carencia de las capacidades del capital humano y la productividad, lo que se podría traducir en una pérdida de ingresos en Latinoamérica cercano a los 1,7 billones de dólares.
• La deserción escolar incrementó 15%, esto debido a la falta de recursos económicos y tecnológicos para continuar su educación en línea, sin contar con la interrupción de los servicios que alrededor de 10 millones de niños en toda la región recibían en las escuelas, como programas de alimentación y guardería.
A raíz de estos resultados, la mayoría de los informes coinciden en la necesidad de reducir al mínimo la enorme brecha tecnológica que existe en Latinoamérica, ya que este ha sido uno de los factores que más se ha hecho evidente en los últimos años
Brecha tecnológica: educación virtual
A pesar del limitado acceso a herramientas digitales en la región debido a cuestiones socioeconómicas, la educación online es una de las alternativas a la educación presencial más comúnmente implementadas por los gobiernos durante la pandemia. Según un estudio realizado en América Latina en 2020, unos 26 de los 29 países analizados utilizaron internet para continuar con las clases. Aunque con menor frecuencia, el aprendizaje a distancia también se desarrolló de forma offline, con la emisión de programas educativos a través de la radio y la televisión, y la realización de tareas en forma escrita.
En el uso del modelo educativo a distancia: según datos de la REDEM (Red Educativa Mundial), las clases virtuales han sido el modelo que más se ha beneficiado, no solo al incrementar el número de usuarios, sino en la tendencia de las instituciones educativas por invertir en tecnología y recursos para seguir impulsando el aprendizaje en línea, como lo demuestran los siguientes ejemplos de estadísticas educativas:
• A nivel mundial, la educación virtual incrementó 900%, según afirma la Universidad de La Rioja.
• En Latinoamérica, según la consultora Statista, el medio que los estudiantes utilizan para adquirir información es principalmente internet, con un 82% de uso por encima de los medios impresos.
• Asimismo, la misma consultora señala que la cantidad de docentes preparados para impartir clases virtuales subió de 58 a 68% en 2021.
• Las 5 plataformas más usadas en Latinoamérica son: Moodle (23%), Educativa (16%), Google Classroom (15%), Microsoft Teams (14%) y Canvas (14%).
Comprensión lectora y razonamiento lógico
Existe un programa de evaluaciones internacionales que pone especial atención a la comprensión lectora, es la prueba PISA, que cada tres años hace un estudio global de la competencia lectora y del razonamiento lógico-matemático.
• En 2018, todos los países latinoamericanos calificaron por debajo del promedio en la prueba Pisa de Comprensión Lectora: el mínimo promedio era de 487 puntos.
• Los 5 países con mejor comprensión lectora en Latinoamérica según las pruebas PISA 2018:
• La OCDE –organización que coordina la prueba a nivel mundial señaló con preocupación que “los estudiantes en este nivel [menor a 1] carecen de las habilidades mínimas que todos los estudiantes deberían tener en su educación secundaria”, por lo que se consideran población académicamente “en riesgo”.
• En al menos 4 países latinoamericanos, cerca del 40% de los jóvenes alcanzaron un promedio apenas por encima del nivel 1: Uruguay, Chile, México y Costa Rica.
(*) Analista de Datos de GEO Estudio y Opinión.