El cambio de paradigma que pasó de la búsqueda de llegar a tener una propiedad hacia el acceso (del tener al usar) continúa acentuándose y diversificándose. Cada vez más personas se manifiestan interesadas en los beneficios de tener acceso a productos y servicios en lugar de poseerlos (ya sea por costos, sostenibilidad, mantenimiento etcétera), todas características se acentúan en las áreas urbanas, según informa Mariela Mociulsky, CEO de Trendsity.
Esto está dando lugar a nuevos negocios como TULU, un servicio creado para que los administradores de edificios lo ofrezcan a sus residentes como un valor agregado. Se trata de mini tiendas que se colocan en un vestíbulo, salón o cuarto de lavado de los edificios y brinda a los habitantes de apartamentos un fácil acceso a los productos sin ser dueños. Los artículos transportados pueden incluir desde máquinas de coser y sillas plegables hasta consolas de juegos y auriculares o scooters, entre otra variedad de opciones.
Cada vez más emprendimientos de este tipo están surgiendo y concentrando la atención de inversores. El caso de Tulu es prueba de ello: recientemente cerró una ronda de financiación de 20 millones de dólares. Actualmente está operativa en 15 ciudades de EE. UU., Reino Unido, Irlanda, Países Bajos e Israel y como modelo de negocios, apunta además a edificios de oficinas y viviendas para estudiantes.
En Argentina, este año abrió el primer supermercado en una torre de Puerto Madero, sin cajas ni cajeros al que se puede ir en cualquier momento del día y hacer la transacción a demanda. Quick (la startup en cuestión) tiene plan de expansión e incluye instalarse en edificios, barrios cerrados, gimnasios y empresas.
Este fenómeno de los servicios y bienes en edificios crece a medida que -sobre todo en las ciudades más pobladas del mundo- las personas señalan este amenity como una nueva característica relevante a la hora de elegir su vivienda. La conveniencia y comodidad son necesidades que encuentran nuevas soluciones en las ciudades más densamente pobladas.