Ocurrió en Estados Unidos, por primera vez desde 1986 y marca un momento culminante en el resurgimiento del formato empujado por la nostalgia.
La gente gastó US$ 232,1 millones en vinilos – lo que antes se llamaba disco de larga duración o longplay (LP) y disco de corta duración o de 45 rmp—en la primera mitad del año, según la Recording Industry Association of America RIAA). La cifra duplica los US$ 129,9 millones gastados en discos compactos.
El disco de vinilo fue la forma más usada para escuchar la música durante los años 1970 y principios de los 80. Luego cedió paso al cassette, al que siguió el CD y los formatos digitales. Cada formato nuevo era más conveniente que el anterior y desapareció el interés por el vinilo.
Sin embargo, las ventas de vinilo vienen creciendo desde 2005, cuando habían caído a apenas US$ 14,2 millones. Los fans de la música valoran la mayor fidelidad del sonido que producen los discos y los tocadiscos, que contrasta con los archivos comprimidos de la mayoría de los servicios digitales. El que más se vendió el año pasado en Estados Unidos fue “Abbey Road” de los Beatles.
Las ventas físicas generales cayeron este año debido al coronavirus, que detuvo el ingreso a las tiendas musicales. Opero aun con este resurgimiento, los vinilos y todos los medios físicos de escuchar música siguen siendo productos de nicho.
El streaming representó 85% de los ingresos musicales en la primera mitad del año, informa la RIAA.