Por Nerys M Astbury y Carmen Piernas (*)
Aun así, algunas personas tienen más probabilidades de enfermar gravemente o morir a causa del virus SARS-CoV-2 que otras. Nuestra investigación en este tema, realizada con anterioridad al comienzo de la vacunación contra la Covid-19, mostró que la obesidad aumenta significativamente el riesgo de hospitalización o muerte por esta enfermedad.
La obesidad se clasifica mediante el índice de masa corporal (IMC). Es una simple medida de la grasa corporal que se calcula dividiendo el peso en kilos por la altura al cuadrado en metros. Una persona con un IMC inferior a 18,5 se considera con bajo peso; el rango de 18,5 a 25 se clasifica como peso saludable; por encima de 25, sobrepeso; y por encima de 30, obesidad.
Estos primeros resultados sobre los individuos más vulnerables se utilizaron para justificar y respaldar las políticas que priorizaban la vacunación de ciertos grupos de personas. Así ocurrió con aquellas que tenían un IMC mayor de 40, que fueron consideradas de alto riesgo.
Sin embargo, hasta la fecha no sabíamos si esta estrategia había funcionado y si se necesitan cambios para garantizar que las personas con mayor riesgo puedan acceder a las vacunas en las próximas campañas de refuerzo.
Algunas investigaciones realizadas antes de la pandemia mostraron que las personas con obesidad tienden a vacunarse menos contra la gripe estacional. Además, hay evidencias que sugieren que estas vacunas no funcionan igual de bien en individuos obesos, aunque las razones exactas no se entienden completamente.
En este sentido, nos preguntamos si las tasas de vacunación contra la Covid-19 y su efectividad es diferente en personas con distinto peso corporal. Por tanto, formulamos un nuevo estudio publicado en The Lancet, Diabetes & Endocrinology para investigar esta cuestión tan relevante. También estudiamos el riesgo de enfermedad severa después de la inmunización en todo el rango de peso corporal.
Para ello, utilizamos los registros de salud anónimos de más de 9 millones de personas mayores de 18 años en Inglaterra. Nuestros datos abarcaron desde el 8 de diciembre de 2020 (fecha de la primera vacuna administrada en el Reino Unido) hasta el 17 de noviembre de 2021. Durante este tiempo, se registraron 566 461 personas con SARS-CoV-2, de las cuales 32 808 fueron hospitalizadas y 14 389 fallecieron a consecuencia de la Covid-19.
La eficacia de la vacuna es alta aunque disminuye ligeramente en personas con bajo peso.
Para investigar la efectividad de la vacuna, comparamos a las personas que fueron inmunizadas con individuos de la misma edad, sexo y otras características que no lo habían sido dentro del mismo grupo de IMC. Los resultados mostraron que las vacunas fueron altamente efectivas contra la enfermedad severa por covid-19 en todas las categorías de IMC, especialmente después de la segunda y tercera dosis.
Por ejemplo, después del segundo pinchazo, las personas vacunadas que presentaban un peso saludable, sobrepeso u obesidad tenían casi un 70 % menos de probabilidades de hospitalización por covid-19 en comparación con aquellas personas no inmunizadas con el mismo peso corporal.
Del mismo modo, los individuos vacunados en los grupos de peso saludable, sobrepeso y obesidad tenían entre un 60 % y un 74 % menos de probabilidades de morir por esta enfermedad que las personas no inmunizadas con el mismo IMC.
Los resultados, sin embargo, indicaron que la efectividad podía ser menor en personas vacunadas con bajo peso. Estas tenían alrededor de un 50 % menos de probabilidades de ser hospitalizadas y alrededor de un 40 % menos de riesgo de morir que aquellos individuos no vacunados en el mismo rango de IMC. De todos modos, esas estimaciones de eficacia siguen siendo bastante buenas.
Además, las personas con bajo peso también fueron las menos propensas a inmunizarse. La proporción de no vacunados con bajo IMC fue mayor en todos los grupos de edad, mientras que el porcentaje de individuos completamente vacunados con la segunda o tercera dosis fue más alto entre el rango con sobrepeso y obesidad.
Los vacunados con peso saludable están mejor protegidos frente a la covid grave
También analizamos el riesgo de enfermedad severa por covid-19 sólo entre las personas que habían sido vacunadas con al menos una dosis. Aunque la inmunización redujo enormemente el número de casos graves, las personas con bajo peso y obesidad seguían teniendo un mayor riesgo de hospitalización o muerte por covid-19 que aquellas vacunadas con un peso saludable. Estas asociaciones son muy similares a aquellas encontradas antes de la vacunación.
Después de la tercera dosis, estas asociaciones se atenuaron y fueron menos concluyentes. La razón es que se registraron muy pocos casos (53 muertes y 381 ingresos hospitalarios), ya que no todas las personas en el momento del estudio habían podido acceder a esa tercera dosis.
Por tanto, es necesario que futuras investigaciones confirmen si estas asociaciones persisten después de las dosis de refuerzo. Además, nuestra investigación tampoco permitió explorar diferencias entre las distintas vacunas o entre las variantes del virus. Por ultimo, es necesario esclarecer los mecanismos por los cuales el peso corporal influye en la respuesta inmunitaria a la vacunación.
Implicaciones de los resultados
Estos hallazgos aportan nuevas evidencias que pueden ayudar a las personas a tomar la decisión correcta sobre si vacunarse o no. También pueden servir de información a los programas de vacunación actuales para establecer distintos grupos de prioridad de cara a las futuras dosis de refuerzo.
Las personas que tienen dos dosis reciben un alto nivel de protección contra la enfermedad grave de covid-19, independientemente de su peso corporal. Dada la ligera reducción en la efectividad de la vacuna en personas con bajo peso, es posible que se necesite incidir en este grupo para aumentar la tasa de vacunación en ellos.
Aunque se registró una cantidad reducida de casos graves de la enfermedad entre los individuos vacunados, aquellas personas en los grupos con bajo peso u obesidad presentaron un riesgo significativamente más alto de covid-19 severa en comparación con las de peso saludable.
Es necesario seguir impulsando políticas de salud publica que ayuden a las personas a mantener un peso saludable, lo cual puede traer numerosos beneficios. Uno de ellos podría ayudar a reducir la carga añadida que supone la enfermedad de covid-19 en la población vacunada.
(*) Nerys M Astbury es Senior Researcher, Diet and Obesity, University of Oxford; y Carmen Piernas es University Research Lecturer, Nutrition, University of Oxford.