Asimismo, el mismo estudio indica que 79% de los empresarios de todos los sectores esperan que las energías renovables tengan un gran impacto para 2030. Actualmente la transición energética constituye un núcleo de interés tanto para las empresas como para los gobiernos, puesto que es vista como una forma de contrarrestar el impacto de las actividades humanas en el medio ambiente y el cambio climático.
Ante ello, de acuerdo con un estudio realizado por la consultora Bain & Company, los empresarios esperan que se reduzcan las emisiones de dióxido de carbono en un 28% para 2030.
La transición energética antes era vista como un conjunto de desafíos que podían comprometer la planificación estratégica de las organizaciones a largo plazo. Sin embargo, en la actualidad los ejecutivos han pasado de solo pensar en los obstáculos a tomar medidas que les brindan la oportunidad de lidiar con la tarea compleja de satisfacer las necesidades de recursos cada vez mayores con una huella verde mínima.
A pesar de ello, todavía hay una serie de retos que ralentizan el tránsito hacia energías más sostenibles, dado que, a pesar de que las compañías se intensifican para ofrecer más resultados, a algunas les resulta difícil atender las demandas tradicionales de su negocio, entregando productos de manera segura, confiable y asequible, con nuevas demandas para operar de manera sostenible y con una huella ecológica y de carbono más pequeña.
No obstante, el panorama, de acuerdo con la consultora, es optimista ya que el 96% de los ejecutivos de todos los sectores esperan que su industria anuncie cero emisiones para 2030 y el 79% que las energías renovables tengan un gran impacto para ese mismo año, mientras que la mitad de los ejecutivos de petróleo y gas esperan que su negocio principal disminuya en los próximos 10 años, y, el 72% de los encuestados de O&G creen que tendrán un nuevo negocio que complementará (62%) o reemplazará (10%) su núcleo para 2030.
Una muestra que desde el sector privado hay voluntad y compromiso para fortalecer la aplicación de prácticas ecoamigables en las cadenas de producción de las industrias.
La protección del medio ambiente es una preocupación que atañe tanto al sector público como privado, por ende la transición hacía energías más limpias constituyen un medio que busca disminuir el impacto de la actividad industrial en el planeta. Cabe resaltar que esto implica un desafío no sólo en términos de voluntad sino también en la búsqueda de alternativas productivas que puedan reducir la huella de carbono de los negocios.