La transformación que ya comenzó en bioeconomía

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Bayern, en alianza con diferentes actores de la economía como la ciencia, la sociedad civil y el sector público, ha comenzado a desarrollar un nuevo sistema económico que responde a parámetros sustentables y sostenibles que requiere el futuro.

Los cambios coyunturales vienen acompañados de diversos avances económicos, sociales y políticos que afectan y repercuten a todo un sistema funcional. La bioeconomía plantea, en primera instancia, una transformación estructural en donde se realiza el pasaje de una economía basada en recursos fósiles hacia un sistema de base biológica capaz de aprovechar el potencial y respetar las limitaciones de los recursos naturales del planeta.

De esta manera, no solo se expresa una nueva forma de vida que contribuye a la protección ambiental y del clima, sino que también proporciona valor agregado a las materias primas de origen local y a los residuos, fomentando la creación de nuevas fuentes laborales, fortaleciendo la competitividad internacional y desarrollando nuevos mercados.

Para llevar a cabo una estrategia de innovación que favorezca las políticas ambientalistas y permita alcanzar las metas climáticas, es importante una visión integral en lo que refiere a la toma de decisiones. En este sentido, la región bávara en Alemania en 2015 implementó el proyecto “¡Bioeconomía para Bayern!”, una plataforma que integra a todos los ministerios bávaros involucrados en el desarrollo y la implementación de este nuevo sistema, generando un espacio de dialogo, fomentando el intercambio y la cooperación con expertos en la materia.

Particularmente en Argentina, Buenos Aires fue la primera provincia en elaborar un Plan Estratégico para la Bioeconomía, en diciembre de 2016. En consecuencia, en 2020, Santa Fe se convirtió en la primera provincia en contar con una Ley para el uso sustentable de biocombustibles, promoviendo su uso masivo en las diferentes actividades productivas y servicios públicos.

Según datos arrojados por el gobierno, la bioeconomía generó 86.695 millones de dólares en 2017, lo que representaba el 16,1% del PBI. De este total, un 85% corresponde a la producción de valor agregado de la biomasa y la industrialización de productos bio y el 15% a los servicios asociados de comercio y transporte.

“El objetivo de la bioeconomía es lograr una forma de vida y un sistema económico sostenible, basados en recursos biogénicos. Por lo tanto, la implementación de análisis del ciclo de vida de materiales y un aumento en la eficiencia de los recursos son pilares básicos de la protección del clima y del medio ambiente”, aseguró Ursula Brendecke, directora adjunta de la Representación del Estado Federado de Bayern para Sudamérica.

Es fundamental el apoyo y el asesoramiento a las empresas en este camino de la innovación para conocer más acerca de microorganismos, ecosistemas, nuevos métodos de cultivo y nuevos materiales, procedimientos de conservación de recursos y nuevos métodos de procesamiento.

Además, aportar en lo que refiere al conocimiento sobre cuestiones socioecológicas, el comportamiento del consumidor, el desarrollo global y la ética.

Como socios de las empresas, existen numerosos institutos de investigación en Bayern que están contribuyendo activamente al desarrollo de tecnologías innovadoras, nuevos procedimientos y productos mediante la investigación aplicada. Paralelamente, las universidades, las universidades de ciencias aplicadas y las universidades politécnicas están trabajando en varios aspectos de la bioeconomía.

 

 

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