El borroador del documento lo describe como un patrón de conducta persistente y recurrente tan intenso que supera en importancia a cualquier otro interés. Algunos países ya lo consideran como un problema serio de salud pública. Abren clínicas para tratar la condición.
La guía que publica anualmente la ICD reconoce los síntomas:
Falta de control sobre intensidad, frecuencia y duración del juego.
Creciente prioridad otorgada al juego,
Persisdencia en la actividad a pesar de consecuencias negativas.
Ya hay muchos países tomando medidas. En Japón, los jugadores reciben una alerta si superan cierta cantidad de tiempo con los videojuegos. En China , Tencent limita las horas que los niños pueden jugar sus juegos.
Un estudio reciente de la Universidad de Oxford sugiere que si bien los niños pasan mucho tiempo mirando pantallas generalmente se las arreglan para combinar sus pasatiempos digitales con sus actividades cotidianas. La investigación, que analizó niños desde 8 a 18 años, descubrió que los varones juegan más tiempo que las niñas.
