En diciembre el gobierno de Indonesia anunció que su plan de vacunación daría prioridad al personal médico y a los trabajadores del sector público con idea de apuntar a la fuerza laboral entre 18 y 59 años. Para la gente mayor la vacunación vendrá después.
Inmediatamente el plan generó preguntas en todo el mundo porque es lo opuesto a lo que están haciendo casi todos los demás países. La respuesta que más se escuchó es que las autoridades de la salud están preocupadas sobre cómo la vacuna CoronaVac, desarrollada por la empresa china Sinovac, afectará a los ciudadanos mayores. La última etapa de pruebas en Indonesia no incluyó a personas de más de 60 años.
Los funcionarios también dijeron que el hecho de vacunar primero a los jóvenes ayudará a Indonesia a lograr la inmunidad de manada más rápidamente. Más de 70% de la población nacional tiene entre 15 y 64 años.
Pero la inmunidad de manada podría no ser la verdadera razón detrás del plan de vacunación. Siti Nadia Tarmizi, vocera del programa de vacunación COVID del Ministerio de Salud, explicó que los jóvenes tienen la tasa más alta de infección si bien esto se combina con una tasa de mortalidad muy baja. Los ciudadanos de más de 60 representan una porción muy baja de la población, pero representan 46% de las muertes por COVID.
Tarmizi agregó que el grupo etario más joven juega un papel importante en las actividades económicas que sostienen a las familias. Son los que mueven la economía y, por lo tanto, hay que dar prioridad a quienes tienen entre 18 y 59 años.
Indonesia, con una población de 270 millones, tiene el mayor número acumulado de casos de covid-19 en el sudeste asiático. Según datos del gobierno, el 80% de los casos se encuentran entre la población activa.
El presidente Joko Widodo ha dicho en varias oportunidades que quiere impulsar la economía hacia delante y apostar a una meta de crecimiento de 7%.Terminó 2019 con la economía creciendo al 5%. En noviembre 2020 la economía nacional entró en recesión por primera vez en 20 años. Se contrajo 3,49% en el tercer trimestre por las pérdidas ocasionadas por los casos de COVID.
La decisión de priorizar a la población en edad de trabajar puede verse polémica en otros países, pero muchos indonesios aplauden el plan. A mucha gente le preocupa más perder el empleo que enfermarse.
