Por Desiree F Pacheco (*)
Si nos fijamos en América Latina, Brasil es el mercado más dinámico, con 9,9 GW instalados en 2022, seguido de Chile, que instaló alrededor de 1,8 GW, y México, con 680 MW.
Los datos de participación de la energía solar en el mix eléctrico nacional de los países muestran que, entre los tres con mayor penetración fotovoltaica están España (con más del 19 %) y Chile, con más de 17 % (al igual que Grecia). La energía fotovoltaica cubre actualmente el 6,2 % de la demanda eléctrica en el mundo.
¿Cómo mejorar estos datos de crecimiento?
Más allá de las regulaciones gubernamentales o las iniciativas del propio sector, la presencia de organizaciones sociales que promuevan el uso de energías renovables puede jugar un papel significativo en el avance hacia la sostenibilidad energética.
Es lo que revela una investigación que he llevado a cabo junto con Theodore A. Khoury (Portland State University) sobre la relación entre este tipo de organizaciones y la iniciativa emprendedora en el sector solar en Estados Unidos. Nuestro objetivo más amplio era analizar cómo las organizaciones sociales pueden crear un entorno propicio para la innovación y la entrada de nuevas empresas en los sectores emergentes, así como en qué circunstancias serían más eficaces.
Las organizaciones analizadas (Carolina Land and Lakes, Acadia Center y Energy Trust of Oregon) fomentan las energías renovables desde un enfoque especializado, tecnológico, educativo y orientado a objetivos concretos.
Un aliado inesperado
A diferencia de las asociaciones empresariales, estas entidades contemplan todas las tecnologías limpias, competidoras o no, ya que su único propósito es avanzar en el cambio social que defienden. Su financiación y gobernanza también son diversas, con poca o ninguna representación del ámbito empresarial.
Comprobamos que estas organizaciones no son sólo una fuente de inspiración para las empresas del sector. También favorecen el desarrollo del ecosistema emprendedor al aportar legitimidad, clarificar la oferta y generar demanda. En este sentido, los nuevos actores tienen en ellas un aliado que puede ayudarles a innovar allí donde más se necesita.
Trabajo preliminar
Entre 1995 y 2009, las organizaciones de nuestro estudio llevaron a cabo distintas iniciativas para estimular la adopción y el desarrollo de las energías renovables:
- Campañas de sensibilización.
- Programas educativos y de formación.
- Apoyo a las buenas ideas, lucha contra la desinformación y búsqueda de puntos en común.
- Presión para reformar la regulación.
- Gestión de planes para cambiar o mejorar la tecnología.
Todo este trabajo preliminar ha sido importante tanto para la causa de las organizaciones sociales como para la expansión de un sector emergente como el solar. Con esas actividades han contribuido a legitimarlo y hacerlo viable. Además de clarificar la oferta de las empresas, ejercen presión sobre los entes públicos para establecer los marcos jurídicos que les permitan operar y dirigirse a clientes potenciales.
Acadia Center, por ejemplo, publica datos sobre el impacto positivo de las renovables en la creación de empleo y el crecimiento económico. También diseña estrategias de mercado para las renovables y propone políticas para implementarlas.
Más demanda, más empresas
En los sectores muy concurridos, llegado un punto de crecimiento suele producirse un declive porque los emprendedores encuentran barreras de entrada muy altas (tecnológicas, de costes, de fidelidad de los clientes). Nuestra investigación muestra que, incluso cuando un sector empieza a madurar y la competencia aumenta, las organizaciones sociales mitigan esas condiciones desfavorables generando más apoyo entre la opinión pública y las administraciones y, por tanto, más demanda.
Las campañas para que los gobiernos estatales subvencionen la instalación de placas solares son uno de los instrumentos que facilitan la entrada de actores especializados. También lo consigue ofrecer a los consumidores información sobre los proveedores más pequeños.
Carolina Land and Lakes ha ampliado el mercado dirigiéndose a consumidores que no suelen ser atendidos, como los pequeños negocios y agricultores. Les ayuda a obtener subvenciones para proyectos con energías renovables, al igual que Energy Trust of Oregon, que también ha creado un portal de instaladores de placas solares y un sistema para inspeccionar el trabajo de estas empresas.
Dónde y cómo actúar
Nuestra investigación ofrece pistas a las organizaciones sociales que quieran tener un mayor impacto en el desarrollo de las energías renovables. La principal es que allí donde falte más apoyo a las renovables, más se notará su esfuerzo.
Así, si el sector solar (que es el que nos ocupa) está ausente de una región determinada, las organizaciones pueden allanar el terreno incidiendo en la educación y la regulación. Si, por el contrario, hay demasiada competencia, deberían centrarse en ampliar el mercado. Y si otro sector renovable, como el eólico, ya ha creado un entorno favorable a las renovables y el emprendimiento, entonces lo mejor sería buscar otras regiones donde puedan tener un papel más relevante.
En definitiva, se trata de reconocer el papel de las fuerzas sociales para cambiar los hábitos de consumo, el marco regulatorio y el entorno emprendedor e impulsar, así, la transformación hacia una energía sostenible.
(*) Profesora de Emprendimiento, IESE Business School (Universidad de Navarra)