jueves, 21 de noviembre de 2024

Igualdad de género: el país está al nivel de las potencias

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Argentina se encuentra entre los primeros puestos a escala global y ocupa el primer puesto en el plano regional en cuanto a igualdad de género. La división Insights de Kantar dio a conocer los resultados del Reykjavík Index for Leadership.

Este estudio que mide en qué medida los hombres y mujeres son considerados equitativamente en términos de capacidad y adecuación para adoptar posiciones de poder.

La investigación fue construida en base a la exploración de las respuestas a la pregunta: “¿Para cada uno de los siguientes sectores o industrias, crees que hombres o mujeres son más idóneos para adoptar posiciones de liderazgo?”.

La pregunta permitía las respuestas “hombres” “mujeres” o “ambos por igual” y fue planteada en torno a 23 sectores distintos. El estudio se realizó entre los países del G7 y G20, como así también Polonia, Islandia y España, en septiembre de 2021 con 35.000 entrevistas a hombres y mujeres de entre 18 y 65 años. La cantidad de personas encuestadas en Argentina fue de 1.000.

El estudio demostró que Argentina está avanzada en cuestiones de igualdad de género. Del total de los 22 países que participaron, ocupa el puesto cinco y a nivel regional, en Latinoamérica, ocupa el primer lugar del top 3 de países que obtuvieron puntuaciones más altas.

Además, performa mucho mejor que países pertenecientes al G7, como Japón o Italia. La diferencia entre el índice obtenido por Islandia, que se encuentra en el primer puesto, y Argentina, es de 14 puntos.

En 2018, Kantar creó este índice junto a Women Political Leaders, para evaluar la igualdad de género en el acceso a puestos de liderazgo a nivel global. A través de más de 35.000 testimonios de gobiernos, empresas y miembros de la sociedad civil, el Reykjavík Index for Leadership presenta cuales son las percepciones más importantes para la creación de igualdad de oportunidades en diversos ámbitos.  El Índice de Reikiavik ha demostrado que las mujeres se ven limitadas de forma significativa y concluyente en su camino hacia el liderazgo por los prejuicios sociales.

El Índice de Reikiavik para el Liderazgo nos recuerda que las percepciones son fundamentales. Algunas de las conclusiones más sustanciales dan cuenta de cuestiones como estas:

  • En los países con el índice más bajo, como Rusia o China, existe una diferencia muy marcada entre lo que piensan los hombres y lo que expresan las mujeres.
  • No todas las generaciones piensan igual: en los países más desarrollados, los jóvenes de 18 a 34 años son menos progresistas y más prejuiciosos con respecto al acceso de las mujeres a puestos de liderazgo. En otros países, como Corea del Sur o México, el panorama es el opuesto, porque los jóvenes llevan adelante con fuerza ideas de igualdad.
  • Los países con bajas puntuaciones de Índice tienden a tener los mayores niveles de disonancia entre las opiniones de mujeres y hombres.
  • Los hombres jóvenes son significativamente menos progresistas en sus opiniones que las mujeres jóvenes.

En cuanto a las conclusiones globales, algunas de las más importantes, son:

  • Islandia es la sociedad más progresista a nivel mundial: es el de mayor paridad entre los sueldos de hombres y mujeres, y sus posibilidades de acceder a puestos de liderazgo en empresas y el gobierno.
  • El COVID-19 puso un freno al desarrollo: el índice se mantiene en los mismos niveles de los años previos a la pandemia. Las mujeres sufrieron un mayor impacto desde lo económico a partir de las restricciones que se impusieron en diferentes países.
  • Junto con Islandia (index 83), Reino Unido (82) y España (82) llevan la delantera, varios puntos por delante del promedio global (73).
  • En todos los países, las mujeres se sienten más cómodas que los hombres al tener a una mujer como Jefa de Gobierno.

 

Aunque el Índice demuestra que los valores sociales hacia la igualdad no están progresando, nos da algunas razones para ser optimistas. Este año se ha incluido por primera vez a Islandia, que ha pasado directamente a ocupar el primer puesto del Índice. Islandia se acerca a la “neutralidad de género” en su percepción del liderazgo. Es una prueba de lo que es posible, y un ejemplo del que aprender. Resulta fundamental que gobierno, empresas y la sociedad civil trabajen para crear una sociedad en la que todos tengan las mismas oportunidades de servir a través del liderazgo.

 

 

 

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