La solución permite evaluar y gestionar los riesgos de todos aquellos que integran el ecosistema de una organización -proveedores, clientes, empleados, socios de negocios, inversionistas, entre otros-.
Lo que permite no solo identificar el riesgo, si no también operativizar y automatizar el cumplimiento de las acciones de mitigación de estos.
Las organizaciones interactúan diariamente con gran cantidad de terceros al realizar sus actividades. En un mundo cada vez más complejo, es importante asegurar que todos actúen de manera ética y transparente ya que una falta de uno de esos terceros puede poner en jaque a toda la organización. Gestionar el riesgo de compliance y de las terceras partes requiere gran cantidad de tiempo y esfuerzo – y puede tornarse engorroso a medida que crece la complejidad de las operaciones.
Para atender esta problemática, PwC diseñó una solución en la nube llamada Gestión GRIP que permite a las instituciones interactuar de manera segura con todo el ecosistema de negocios. La herramienta (totalmente escalable y parametrizable) sistematiza la gestión de riesgo de terceros, facilitando su mitigación y automatizando las actividades de control. Ofrece una solución eficaz a los equipos de compliance para poder monitorear el nivel de integridad de los terceros y también identificar y gestionar los conflictos de interés de los empleados, minimizando la amenaza de sufrir un incidente.
“Las organizaciones entablan múltiples relaciones con terceros y es allí donde el riesgo que enfrentan a potenciales costos reputacionales, legales y económicos, crece, porque pueden ser responsables del accionar de estos. Por ese motivo, es una gran ventaja tener un proceso que pueda identificar, analizar el riesgo de interactuar con cada uno de estos actores y poder mitigarlo” afirma Andrés Sarcuno, director de Forensic Services de PwC Argentina.
La herramienta recolecta los datos de terceros y genera una evaluación completa. Al identificar una contingencia, propone un plan de acción personalizado que podrá automatizarse y monitorearse en la propia aplicación, fortaleciendo de esta manera la operatoria y la sustentabilidad de la organización.
¿Cómo se calcula el nivel de riesgo de un tercero?
Andres Sarcuno elabora una serie de pautas para orientar a las organizaciones a empezar a estimar el nivel de riesgo de sus terceras partes. Primero, en cuanto a antecedentes y trayectoria del tercero, se debe analizar la voluntad del sujeto de proveer información y responder a las indagaciones solicitadas y si se encuentra involucrado en alguna denuncia o actividad poco ética.
Luego, se debe considerar si el tercero pertenece a algún grupo de riesgo; sea si pertenece a un tipo societario que presenta una estructura jurídica o impositiva que es frecuentemente utilizada como vehículo para concretar actividades económicas no íntegras, o si pertenece a una industria que, por sus características inherentes en cuanto a nivel de informalidad, nivel regulatorio o transaccionalidad, es más riesgosa que otras.
La última dimensión para analizar es el vínculo comercial entre la organización y el tercero. Aquí se debe establecer si la actividad comercial que provee se relaciona o no con el vínculo comercial a desarrollar con la organización. De llevarse a cabo una actividad de dudoso alcance o naturaleza, se interpreta como un indicio de que podría estar actuando como una pantalla para concretar otros negocios no íntegros.
“Gestión GRIP no se trata de una solución que solo te dice dónde estás parado y qué tendrías que implementar para que el riesgo no ocurra, sino que te permite ser más eficiente en la ejecución de las acciones de mitigación de riesgos, gracias a la tecnología y la automatización. Ayuda a identificar los problemas, pero principalmente te ayuda a resolverlos” completa Sarcuno.
