domingo, 24 de noviembre de 2024

El potencial educativo de la Inteligencia Artificial

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El asombroso desarrollo de nuevos ingenios de inteligencia artificial generativa (IA generativa) –especialmente los large language models (grandes modelos lingüísticos o LLM), como ChatGPT y GPT-4– ha generado entusiasmo entre la mayoría de los educadores, aunque también temor en algunos de ellos.

Por Santiago Iñiguez de Onzoño (*)

ChatGPT puede crear los mejores apuntes para los estudiantes. Los recelosos quizás no atisben el impulso innovador de esta transformación tecnológica, que será positiva en el largo plazo. Incluso, algunos especialistas han alzado su voz cuestionando la potencial deriva incontrolada que estos ingenios pueden provocar en las relaciones interpersonales y la vida social. Uno de ellos es Geoffroy Hinton, un experto en deep learning que recientemente dimitió de su puesto en Google.
Bill Gates, por su parte, es uno de los defensores de esta nueva ola tecnológica. Sostiene que ChatGPT cambiará el mundo pero no supondrá la supresión del empleo humano, sino su transformación. Hace treinta años, en el primero de sus libros, afirmaba que los robots no sustituirían jamás a los profesores.
Precisamente Microsoft, la empresa creada por él en 1975 y de la que es el mayor accionista, ha adquirido una participación en OpenAI, creadora de los chatbots más populares del momento.
En algún lugar entre los detractores y los incondicionales se encuentran la mayoría de los profesionales, también los educadores, que intentan adaptarse rápidamente a estos cambios.

El punto de partida
En este artículo comparto algunas de mis experiencias como profesor de Estrategia, por si pudieran ser de utilidad para alguien.
Creo que las mejores fuentes de mejora en la educación vienen de las prácticas compartidas con otros colegas y me parecen especialmente inspiradores el artículo “Three Lessons From Chatting About Strategy With ChatGPT”, de Christian Stadler y Martin Reeves, y el de los profesores Thomas Bieger y Martin Kolmar, “Examining, Teaching and Learning in the Age of AI”.
Empecemos por varias suposiciones de partida:
• La inteligencia artificial va a transformar sustancialmente nuestra manera de acceder a la información, los datos y el conocimiento. Posiblemente sea un cambio tan decisivo como lo fueron en el pasado la imprenta o internet.
• La generalización de esta herramienta hará obligatorio su uso por parte de profesores y estudiantes, enriqueciendo el proceso de aprendizaje y permitiendo el acceso a contenidos confiables y el ejercicio de ciertas habilidades, como la capacidad crítica.
• El riesgo de ChatGPT y otras herramientas semejantes no es que los alumnos puedan copiar más fácilmente en los exámenes. Si esa es la mayor preocupación sobre el tema, me temo que se ha perdido la esencia de la educación contemporánea. Actualmente, el objetivo de los educadores no debe consistir única y fundamentalmente en transmitir conocimientos, sino más bien en desarrollar la personalidad del alumno y formar buenos ciudadanos, empleables y emprendedores.
• No hace falta un profesor para poner notas sobre la base de un examen de conocimientos o de un test con respuestas múltiples. Una de las funciones de mayor valor añadido del profesor es la de conocer a sus alumnos, con sus fortalezas y debilidades, y actuar como coach para acompañar su desarrollo personal.
• Al procesar rápida y eficazmente datos y contenidos, los grandes modelos lingüísticos se convierten en recursos que facilitan múltiples tareas educativas y profesionales. Igual a como una calculadora permite hacer operaciones complejas rápidamente.
• Al menos de momento, estos ingenios no sustituyen completamente la prestación de un servicio profesional o el proceso de aprendizaje como tal. Por ejemplo, para obtener un informe sobre una cuestión estratégica, como “¿Cuáles son las tendencias futuras del sector de distribución de moda?”, hace falta introducir adecuadamente las preguntas, procesar las respuestas e incluso entrar en un proceso iterativo en el que se formulan nuevas preguntas y se depuran ulteriores contestaciones.
• Los propios desarrolladores de estas aplicaciones reconocen que las aportaciones de ChatGPT, sean datos, información u opinión, pueden ser falsas o estar sesgadas. Su sistema de búsqueda para resolver las peticiones se basa en la popularidad de las posibles respuestas, no en su veracidad, adecuación o conveniencia.
Vistas estas suposiciones, ¿cómo puede utilizarse este ingenio para mejorar el proceso de aprendizaje?

El proceso
A continuación, voy a formular una serie de sugerencias basadas en la experiencia con mis estudiantes, que tienen el perfil típico de profesionales con responsabilidades de gestión, en grandes o medianas empresas, una edad media en torno a los 30 años y procedencia cultural diversa. Entiendo que estos consejos no son necesariamente aplicables a todo tipo de estudiantes, especialmente a los más jóvenes.
Pondré el ejemplo de una clase en formato asíncrono sobre Inditex, la empresa líder española de distribución de moda, mediante el método del caso.
La primera de las tareas que se suele pedir a los alumnos, junto con la lectura del caso, es la búsqueda de información, datos, análisis y opiniones sobre la empresa, su modelo de gestión, desempeño y estrategia.
Con el surgimiento de buscadores como Google este proceso se ha desvirtuado y automatizado. En comparación con el tradicional análisis de campo o exploración en biblioteca de años atrás, ahora muchos estudiantes suelen seleccionar las entradas más inmediatas en los motores de búsqueda, con independencia de su veracidad, profundidad o relación directa con el tema analizado.
Por tanto, la elección hecha por ChatGPT no cambia sustancialmente el proceso de búsqueda, tan solo customiza ligeramente los resultados, en función de las preguntas que se formulen. Por ello se hace más complicado rastrear posibles plagios utilizando herramientas como Turnitin.

Búsqueda de información
Lo recomendable es pedir a los alumnos que busquen información en medios confiables para evitar falsedades y opiniones sesgadas. Una de las mayores enseñanzas para los estudiantes es que conozcan y sepan seleccionar las fuentes que conviene utilizar para realizar un análisis certero. Este aprendizaje les servirá para el resto de su carrera profesional.
Recientemente, Gillian Tett, una periodista de Financial Times, puso en evidencia que uno de los grandes riesgos para los inversores potenciales que se sirvan de ChatGPT es el manejo de información sesgada para en su toma de decisiones.
Formulación de propuestas estratégicas, ¿qué hacer?
Tradicionalmente, los profesores que empleaban el método del caso, una metodología que conecta la teoría con la práctica a partir del análisis de una situación concreta, se servían de las teaching notes (los apuntes didácticos) que habían preparado los autores de esos supuestos.
Estos documentos facilitaban a los docentes información sobre el orden a seguir durante la sesión, las preguntas que sugerir a los alumnos y sus posibles respuestas. Con el tiempo y la difusión digital de estos materiales, estos contenidos se han vuelto fácilmente asequibles para los alumnos. Así, si los profesores quieren ser originales, han de salirse del guion o seleccionar casos prácticos originales o exóticos.

ChatGPT, la nueva ‘teaching note’
Si, por ejemplo, se formula la pregunta “¿Cuáles son las amenazas y oportunidades en el sector de la moda?”, es probable que la respuesta sea mucho más completa, sintética y actualizada que la que proporciona la teaching note original o cualquier informe de una consultora, porque ChatGPT bebe de múltiples fuentes, incluidos las publicaciones de divulgación más populares.
Como afirman Stadler y Reeves en su artículo:
“Los estrategas experimentados saben que deben ser escépticos ante los ‘hechos’. Lo que es cierto la mayoría de las veces puede no serlo en un caso concreto. Lo que fue cierto en el pasado puede no serlo en el futuro. Lo que resulta ser cierto puede no serlo inevitable y persistentemente. E incluso si una afirmación es cierta en estos sentidos, siempre hay formas alternativas de plantear los problemas y las soluciones”.
El reto para el profesor estará en hacer que sus alumnos piensen desde fuera de la caja, de forma disruptiva, aunque partan de los contenidos que proporciona ChatGPT a sus preguntas. El desafío está en elaborar una secuencia discursiva que favorezca el desarrollo de la capacidad crítica y la creatividad, aunque se siga haciendo uso de la aplicación para encontrar respuestas a los nuevos interrogantes.
En todo caso, los nuevos ingenios de IA ponen de relieve la importancia de desarrollar la capacidad de argumentación en los estudiantes. Sería una pérdida irreversible que calcaran lo que toman de otra fuente, sin siquiera justificar las razones.
En el área de estrategia empresarial se suele decir que un 20 % del éxito depende de la formulación de una iniciativa y un 80 % de su implementación. Quizás el surgimiento de la IA haya convertido a la ejecución en el 95 % del éxito. O quizás, como piensa mi colega Norman Kurtis, la ecuación se ajuste al balance 50/50.
(*) Presidente IE University, IE University

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