El humo del cigarrillo contiene químicos tóxicos que irritan y dañan los ojos. Contiene metales pesados como plomo y cobre que se acumulan en la lente, la parte transparente que está detrás de la pupila y que enfoca los rayos de luz. Esa acumulación conduce a cataratas, que es un problema que se produce cuando la lente se enturbia.
El fumar empeora también los problemas visuales relacionados con la diabetes al dañar los vasos sanguíneos en la retina. Los fumadores son 3 veces más proclives a contraer degeneración macular, una condición que afecta la visión central de la persona, lo que significa que pierden la capacidad de ver los detalles finos.
“La relación entre el fumar y el cáncer son bastante conocidos”, dice Aishah Fazlanie, óptica y asesora de la Association of Optometrists en Londres. “Pero no del impacto entre el hábito de fumar y la vista”.