Economía circular: recursos para la transición energética

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Un informe de KPMG destaca que el desarrollo de las tecnologías verdes se encuentra amenazado por la escasez de materias primas.

Las limitaciones geográficas y geopolíticas al suministro de recursos críticos para la transición energética exigen una solución desde la economía circular.

Lograr un mundo “cero-neto” (cero emisiones netas de gases de efecto invernadero) depende del desarrollo de las energías renovables y el reemplazo gradual de las fuentes de energía tradicionales. Sin embargo, de acuerdo con un informe elaborado por KPMG y el Grupo Eurasia, denominado “Los recursos para la transición energética: Hacia un mundo circular” (“Resourcing the energy transition. Making the world go round”), existe una amenaza latente para la provisión de los minerales y metales que impulsan estas tecnologías “verdes”.

Según el Banco Mundial, serán necesarios más de tres mil millones de toneladas de minerales (especialmente litio, grafito y cobalto)[1] para satisfacer la demanda de producción y almacenamiento de energía de un escenario de dos grados para 2050. Sin embargo, y a pesar de las abundantes reservas existentes, la alta politización del acceso a estos recursos podría trasladar el poder geopolítico de los países que dominan el petróleo a los que dominan estos metales.

Con un número relativamente pequeño de países con depósitos, la competencia por estos recursos será alta en la medida que los gobiernos busquen procurar la seguridad energética.

A lo anterior, debe sumarse que la minería está bajo una presión cada vez mayor para transformarse en una actividad más sustentable. Estos minerales requieren enormes cantidades de energía, mano de obra y esfuerzo para ser extraídos, refinados y consumidos, lo que puede dañar al medioambiente, reducir la biodiversidad e implicar condiciones laborales precarias.

Estos problemas en la cadena de suministro no solo afectan a la industria energética. También lo hacen a los sectores que dependen de las “tecnologías verdes” y a las soluciones de almacenamiento de energía, como la infraestructura, el transporte y el sector automotor, así como a aquellos que compiten por recursos que tienen múltiples aplicaciones, como la fabricación industrial y las ciencias biológicas.

En ese sentido, el informe de KPMG sostiene que la ‘economía circular’ puede ayudar a abordar estos desafíos. La reutilización, el reciclaje y la readaptación de los metales y materiales pueden contribuir a garantizar la provisión y, potencialmente, reducir los desechos, la contaminación y las emisiones de carbono al minimizar la necesidad de extracción.

Como aseguró Mike Hayes, Director Global de Cambio Climático y Descarbonización de KPMG IMPACT y de Energías Renovables de KPMG: “En el impulso global hacia un futuro sin emisiones, la economía circular es una solución subestimada que ayuda a crear cadenas de suministro con bajas emisiones de carbono y aborda la problemática del dominio geográfico del suministro”.

Para Diego Calvetti, Socio líder de Energía y Recursos Naturales KPMG Argentina, “el objetivo de la economía circular es maximizar la retención de valor de los recursos, productos, componentes y materiales, así como crear un sistema de ciclo que alargue la vida, optimizando la reutilización, reprocesamiento y reciclado de productos, es decir estrategias para extender la vida económica de los bienes en sus distintas facetas y dilatar su agotamiento económico de manera de evitar su descarte. Dentro de este concepto, es claro que el tratamiento y gestión de residuos sólidos es fundamental para limitar la emisión de gas metano a la atmósfera, uno de los principales causantes del calentamiento global, así como para aprovechar la materia y la energía contenida en los residuos orgánicos.”

 Economía circular

La creación de una economía energética circular requiere de un gran esfuerzo y coordinación entre los gobiernos, los productores de recursos y las empresas que los utilizan. Al especificar cuáles son sus objetivos en materia de energía verde, los gobiernos pueden planificar la necesidad de recursos, impulsar la inversión en tecnologías limpias y asegurar el suministro de estos materiales. Al mismo tiempo, las empresas de minería deben acelerar sus esfuerzos para reducir su huella de carbono, proteger el medioambiente y servir a sus comunidades, como parte de una estrategia de extracción y refinación sustentable.

Trevor Hart, Director Global de Minería de KPMG, comentó que “Toda empresa minera comprende la complejidad y los desafíos para encontrar, extraer y entregar productos al mercado de manera consistente. Una sociedad dispuesta a acelerar la transición energética debe ahora priorizar el trabajo con el sector para que le ayude a producir“. Y las empresas de una amplia gama de sectores tales como la industria automotriz, la energía eólica, la solar y de fabricación de baterías, podrían reducir su demanda final de metales y minerales mediante la introducción de diseños ‘circulares’ que integran la reutilización y el reciclaje de productos.

Por su parte, Ugo Platania, Director Global de Acero y Metales de KPMG, señaló que “será necesario un replanteamiento profundo de los modelos de negocio, incluyendo los procesos de manufactura, las tecnologías utilizadas, las estrategias de inversión R&D y la forma en que se obtienen los materiales e insumos en la cadena de suministro. Un usuario pionero que adopte un proceso de fabricación circular sin desperdicio probablemente obtendrá una fuerte ventaja competitiva y acortará el camino hacia sus objetivos de baja emisión”.

 

 

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