Comidos por un Bronteroc que no conoce las reglas

El cine nos permite analizar mejor los procesos de transformación digital de las empresas, y las consecuencias de no encararlos.

31 enero, 2022

Antes de empezar: “Spoiler Alert: Esta metáfora funciona mejor si el lector ya vió la excelente película “Don’t Look Up” en Netflix. Pero si no, funciona igual.

 Por Patricio Cavalli

¿Metáfora de qué es el Bronteroc? Bueno, el Bronteroc es un muy bonito y emplumado animal prehistórico carnívoro alienígena, a cuyo planeta llegan colonos terrestres (multimillonarios y muy poderosos aquí) después de una catástrofe planetaria que destruye el nuestro.

Los colonos no llegan muy preparados, lo hacen en cápsulas de las cuales bajan desnudos, con la tranquilidad de saber que sus títulos corporativos, políticos, honorarios, académicos y sobre todo sus cuentas de bancos los protegerán de cualquier mal que pueda sobrevenir.

El Bronteroc -que no conoce esas “reglas” de nuestro planeta y no sabe que debe respetarlos- se acerca al grupo y en unos segundos devora a la Presidente de los Estados Unidos. El final es abierto, pero todo indica que de los colonos terrestres y sus blancas desnudeces no quedará gran cosa, cuando los Bronteroc terminen con ellos y ellas.

Mucha veces, los procesos de transformación y de negocios digitales en las empresas ocurren de esa misma manera. Creemos que por el sólo hecho de que una organización sea grande, establecida y poderosa, sus funcionarios encumbrados y bien conectados y su salud financiera es increíble, los procesos de mercado no la afectarán. Pero sí. Las afectan.

Podríamos pasarnos el día entero hablando de empresas que fueron devoradas por su Bronteroc: Kodak, Blockbuster, Nokia, etc…

Pero son ejemplos que ya van quedando arcaicos, a medida que una nueva generación de managers, emprendedores e inversores emerge al mundo de los negocios.

A esa nueva generación le importa tres bledos la historia de Nokia, Kodak o Blockbuster porque nunca en su vida usaron un N-95, metieron un rollo en una cámara y después lo llevaron a revelar o tuvieron que pagar un ‘late fee’ por entregar tarde una película en un videocassette de cinta (whaaaaaat ????) que había que rebobinar al entregar.

Esa nueva generación está a medio camino entre los colonos que recuerdan la vida en la tierra (quienes todavía tenemos el recuerdo de Nokia) y los Bronteroc que vienen a devorarlos (Twitch, AirBnB, Roblox, etc…) No es una generación que se salvará de ser devorada, pero tampoco creció con la idea instalada de que un Bronteroc no puede comérsela.

Si extrapolamos la metáfora al mundo digital y de la transformación digital, lo que tenemos es un continente de millones de empresas y empresitas (con respeto) que todavía no se han adaptado lo suficiente a un mundo que ya está transformado. un mundo hiperdigitalizado y que no conoce -ni quiere respetar- reglas de antaño.

 

Antaño en este caso es, de hace 3 ó 5 años atrás. La pregunta que queda entonces es “¿Cuál es la historia que su empresa, emprendimiento, empleo tiene construida que le impide adaptarse?”

Porque la opción es comer o ser comida. Pero el punto al que vamos es que no hay que ser un empresario ó emprendedora.

Hay que ser el Bronteroc.

(*)Patricio Cavalli es asesor de negocios, tecnología y marketing.

 

 

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