Argentina reprobada en competitividad

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Mal calificada en la mayoría de los factores que evalúa el informe del WEF

En el ranking de 141 países, el país se situó en el puesto 83 perdiendo dos puestos respecto a la encuesta del año 2018 (se había situado 81 de 140). Sin embargo, la evolución del índice de competitividad fue en ascenso durante los últimos años. Argentina se encontraba en el puesto 104 al final del kirchnerismo.

El nuevo índice de Competitividad Global 4.0 es un indicador compuesto con 12 pilares o factores de productividad enmarcados en 4 secciones: Ambiente, Capital Humano, Mercados y Ecosistema de Innovación, según recuerda el Área de Economía del IAE Business School de la Universidad Austral en su Informe Económico Mensual de octubre.

En el apartado Ambiente el desempeño se vincula con Institucionalidad (puesto 50°), Infraestructura (puesto 68°), Adopción de TIC (puesto 68°) y  Condiciones Macroeconómicas (puesto 34°).

En el apartado Capital Humano, nuestro país está por debajo de la media mejor posicionado, los pilares son Salud (puesto 53°) y Competencias o Habilidades (puesto 31°).

Respecto a lo que se refiere a Mercados, los pilares son Mercado de Bienes (puesto 120°), desarrollo del Mercado Laboral (puesto 117°), desarrollo del Mercado Financiero (puesto 105°), y el Tamaño de Mercado (69°).

Finalmente, respecto a Ecosistema de Innovación el desempeño fue medido por el pilar Dinamismo Empresarial (puesto 80°) y Capacidad de Innovación (puesto 56°).

Cabe destacar el pobre rendimiento en institucionalidad, estabilidad macroeconómica, en el mercado de bienes, mercado laboral y en el desarrollo del mercado financiero. Sin embargo, hay mejores indicadores en salud, competencias o habilidades, infraestructura y tamaño de mercado.

Dentro de la institucionalidad resaltan la transparencia (puesto 75°), el capital social (puesto 75°) y la gobernanza corporativa (puesto 76°) como los indicadores principales. El desempeño de la gestión pública que representa las regulaciones de gobierno y la eficiencia de la gestión fiscal ha tenido cierta mejoraría relativa (puesto 111°).

En la eficiencia del mercado laboral se destaca la flexibilidad en acordar los salarios, los costos directos del trabajo y las prácticas de contratación y despido. Todo esto determina un buen desempeño respecto a la flexibilidad del mercado (puesto 136°). Por otra parte el acceso al mercado por mérito e incentivos muestra resultados poco alentadores (puesto 89°). No obstante, los factores mencionados pueden responder a la subjetividad propia de las encuestas. Pues el hecho de que la informalidad esté en niveles elevados puede estar reflejando el rendimiento en la eficiencia del mercado laboral. En este sentido, el desafío es encontrar un equilibrio entre remuneración (buena y justa), formalidad, desempleo reducido y satisfacción laboral.

Con respecto al mercado de bienes es importante señalar que se observa un nuevo deterioro interanual. De hecho, hay una pobre percepción de la apertura comercial dada por la complejidad tributaria y respecto al mercado interno el efecto distorsivo de los impuestos y subsidios (puesto 133°) son de importancia relativa en el índice de mercado de bienes. Sin embargo, las mejoras en la competencia en los servicios y la extensión de los mercados matizan los efectos adversos mencionados.

 

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