- Todos los productos se volverán servicios. La gente va a preferir no comprar cosas. Optará por alquilarlas o tomarlas prestadas. Lo negativo: todos los movimientos del ser humano quedarán registrados. Afuera de las ciudades habrá una enorme multitud de descontentos.
- El carbono tendrá un precio global. China tomó la delantera en 2017 con un mercado para comprar el derecho a emitir una tonelada de CO2. Puso así al mundo en camino hacia un precio único al carbono y creó un incentivo poderoso para abandonar los combustibles fósiles.
3. Se habrá acabado el dominio de Estados Unidos. No habrá una fuerza hegemónica única sino un puñado de países – Estados Unidos, rusia, China, Alemania, India y Japón entre ellos – que tendrán tendencias semi- imperiales.
- Habrá menos hospitales. Para 2030, la naturaleza misma de la enfermedad se verá cambiada por la tecnología. Tan cambiada que habrá menos enfermedades que controlar. La cuarta revolución industrial hará que los seres humanos vivan vidas más largas y más sanas, de modo que los hospitales del futuro tendrán mucho menos trabajo. Algunos hasta podrían desaparecer.
- Se comerá mucha menos carne. La carne dejará de ser un producto esencial para convertirse en una especie de premio. La alimentación básica será más sana y menos dañina para el medio ambiente.
- Los refugiados sirios de hoy serán los CEO de mañana. Los que emigraron de niños tendrán una muy buena formación educativa y se producirá la integraciónedconómica de aquellos que se vieron obligados a escapar del conflicto.
- Para 2030 estaremos listos para enviar personas a Marte. Y tal vez, quién sabe, descubran evidencias de vida alienígena.
