Durante la pandemia del Covid-19 las empresas debieron forzar su marcha hacia la digitalización y la utilización de tecnologías para poder continuar prestando sus servicios y en el camino, algunas debieron atravesar una serie de desafíos consistentes en potenciar el trabajo en equipo y el rol del líder.
Derribar barreras como cámaras apagadas en las reuniones virtuales y prejuicios en relación con la productividad durante el trabajo remoto, entre otras, fueron algunas de las principales cuestiones que debieron ser abordadas. Los líderes organizacionales tuvieron que transformarse para gerenciar los grupos de trabajo en la virtualidad, comprender a los colaboradores, interiorizarse en su cotidianeidad y ponerse en el lugar del otro, para mencionar algunos de los abordajes que destacan desde PwC Argentina.
A través de la utilización de una herramienta de clima interno, PwC logró detectar que, al inicio de la cuarentena, más del 65% de los colaboradores no encendían las cámaras durante las reuniones de equipo. Entre los motivos se destacaban: apariencia física, vestimenta o apertura de sus hogares a los jefes y compañeros. Fue en esa línea que llevar calma y comodidad ante lo cotidiano de los hogares fue un reto para los líderes, así como comprender que cada persona afrontaba la pandemia desde un aspecto diferente a otro.
También se debieron aprender y desarrollar habilidades para aplicarlas en un futuro cercano al modelo híbrido de trabajo como, por ejemplo, aplicar tecnologías que permitan efectivizar el retorno a las oficinas. Este modelo híbrido, sin dudas, deberá ajustarse de acuerdo con las necesidades que vayan surgiendo en el día a día de la nueva realidad.
Pablo Anselmo, socio de PwC LAN Región CIO & CDO comenta: “Las compañías han reducido los metros físicos de las oficinas y ello pudo generar un cierto ahorro en cuanto a infraestructura, pero hoy esos ahorros han sido reinvertidos en comunicaciones, soluciones en la nube y en tecnología, como ser el “hotelling”, sistema que permite eficientizar los espacios y el tiempo de permanencia de los colaboradores en las oficinas. A través de ella, las personas acceden desde un sistema a su espacio de trabajo, seleccionan y realizan la reserva de un escritorio para los días de la semana que van a concurrir a la oficina, así como también una cochera, la sala de reuniones, etc. Esto permite que, con menos metros cuadrados, la organización logre eficiencia en el aprovechamiento de sus espacios y recursos.”
En la misma línea, las plataformas de videollamadas como Meet, Teams y Zoom, han sido clave para mantener los flujos de comunicación y también se han reconvertido para que la experiencia de los participantes sea más dinámica y efectiva. En este punto, se han diseñado sistemas que permiten, a través de IA, que las cámaras hagan un cierre del plano de la persona que está hablando, así como la señalización de su nombre y la apertura de la pantalla cuando se une una nueva persona a la reunión.
“El desarrollo tecnológico permitió que las empresas, a través de la inversión, puedan mejorar la experiencia de los colaboradores tanto en la virtualidad como en el retorno a la semi presencialidad que se está dando por estos días. Una vez más la tecnología es utilizada para generar valor en el desarrollo del recurso humano. El talento argentino continúa siendo cada vez más atractivo para compañías del exterior y allí radica la importancia de invertir en ellos y apostar a su permanencia”, agrega el socio de PwC Argentina.
Y finaliza, “somos seres sociables y la interacción remota no se iguala a la presencial. Sin embargo, las tecnologías de comunicación y colaboración hicieron menos pesada la transición, aprendimos a encender más las cámaras, a organizar “after office” virtuales y a realizar contratación de profesionales de manera 100% virtual.”
El contenido de este comunicado es surgido a partir de una entrevista realizada al socio de PwC Argentina por parte de “Club de Líderes” – Paula Vidal Castelli
