domingo, 22 de diciembre de 2024

Tropezó el CEO de Unilever, y renunció

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Tras una década en la cumbre, renunció Paul Polman, líder del gigante del consumo masivo,

 Dejó su huella de modo categórico: desde enero de 2009 en el timón, generó grandes utilidades para el grupo (290% en el periodo), logró expandir la presencia de sus marcas en los mercados emergentes, y hace un año rechazó exitosamente un intento de takeover del grupo Kraft-Heinz (que ofrecía US$ 143 mil millones).

Tal vez lo que más se recordará, sin embargo, es su reputación –y la del grupo- en temas como la sustentabilidad, la responsabilidad social empresarial y el impacto de la empresa sobre la sociedad en la que actúa. Tal vez su prestigio era mayor en la opinión pública que el percibido por algunos de los accionistas (“es un predicador”, decían sus opositores).

Pero esa reputación, posiblemente lo indujo a engaño y pensó que todos los accionistas apoyarían una idea difícil. Unilever es una compañía anglo-holandesa, listada en las bolsas de ambos países.

Polman propuso –y avanzó- que los cuarteles centrales de Unilever se trasladaran de Londres a Rotterdam. Ahí comenzó una revuelta de los grandes grupos de accionistas británicos. El único modo de frenar la rebelión fue admitir que se daba marcha atrás. Un duro golpe para Polman.

Su sucesor es Alan Jope, responsable hasta ahora de la división Belleza y Cuidad Personal, la que mayor porcentaje (casi la mitad) de ganancias aporta.

Los directivos niegan que esta situación aceleró la partida de Polman, pero nadie en el ámbito de los negocios cree esta versión.

 

 Empresa, sociedad y el futuro del capitalismo

 

Hace tres años. Polman expuso con claridad su credo.

“El capitalismo nos ha prestado un excelente servicio. Sin embargo, si bien contribuyó a reducir la pobreza global y expandir el acceso a la salud y la educación, lo hizo a un costo enorme: niveles insostenibles de deuda pública y privada, excesivo consumo y olvidándose de unos cuantos. Un sistema que impide a muchas personas participar plenamente o que las excluye, está condenado al rechazo. Y eso es lo que estamos viendo hoy. La gente pregunta, “¿Qué estamos haciendo aquí?”. La cantidad de recursos que usamos es 1,5 veces la capacidad de recursos del mundo”. 

¿Es eso sostenible? –se preguntaba Polman en el curso de una conversación con Kirk Kirkland, director gerente de McKinsey New York–. Mil millones de personas siguen yendo a la cama con el estómago vacío. ¿Es eso sostenible? Las 85 personas más ricas del mundo tienen la misma riqueza que los 3.500 millones de personas en la base. ¿Es eso sostenible? La digitalización y la Internet han dado a los consumidores enormes poderes para conectarse y aunar voces. El poder está disperso, pero la riqueza está concentrada.

Con más desarrollo y más población habrá mucha más presión sobre nuestro planeta. El capitalismo debe evolucionar, y para eso necesitamos líderes diferentes de los que hemos conocido hasta ahora. No digo mejores porque cada período tiene sus propios desafíos, pero líderes que sean capaces de hacer frente a los desafíos de hoy. La mayoría de las habilidades que mencionamos –integridad, humildad, inteligencia, trabajo– siempre tendrán vigencia.

Pero algunas se vuelven más importantes, como la habilidad de pensar en el largo plazo, de actuar con un propósito, de pensar sistemáticamente y de trabajar con más transparencia y eficacia. Hay desafíos enormes, pero los líderes empresariales deben hacerles frente porque también ofrecen oportunidades.

Yo suelo decir que es demasiado tarde para ser pesimista”. “La empresa existe para servir a la sociedad. Debemos encontrar la forma de hacerlo en forma sostenible y más equitativa no solo con recursos sino también con modelos de negocios sostenibles y que generen retornos razonables. Tomemos, por ejemplo, la agricultura minifundista, la seguridad alimentaria y la deforestación.

Para abordar cualquiera de estos tres problemas hacen falta por lo menos 10 años. Pero si usted está en una compañía como la nuestra y no se ocupa de ellos, terminará fuera del negocio. Debemos ser parte de la solución. Las empresas no pueden ser observadoras en un sistema del que dependen para sobrevivir. Debemos asumir la responsabilidad, y eso requiere pensamiento de largo plazo sobre el modelo de negocios”. 

 

 

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