Adecco Argentina explica por qué el “home office” será uno de los grandes desafíos que encabezarán la agenda de las empresas en el corto plazo.
A medida que la cuarentena comience a flexibilizarse, los trabajadores volverán a sus oficinas nuevamente, reanudarán sus desplazamientos diarios y se detendrán a considerar qué cambios surgidos por la pandemia COVID-19 quieren mantener. Cada uno comenzará a reconsiderar cuánto tiempo quiere emplear en el trayecto hacia el trabajo y qué ventajas ofrece la flexibilidad del teletrabajo. Sin dudas, la mente de trabajadores y empleadores cambiará por completo.
Los motivos para continuar trabajando desde casa parecen claros: ahorro del tiempo en los desplazamientos, menor número de distracciones con los compañeros de trabajo y una disminución drástica de reuniones.
Según un estudio realizado por Adecco Argentina al comenzar la cuarentena, el 42% de los trabajadores le dedica más horas al trabajo desde su casa que en la oficina, mientras que un 40% cumple exactamente las mismas horas como si estuviera en su lugar de trabajo. Sólo el 18% admite relajarse y trabajar menos horas desde su casa.
A su vez, 6 de cada 10 encuestados afirman que trabajan más relajados desde su casa que en la oficina. Para el 28% es lo mismo y para un 11% trabajar desde el hogar le resulta más estresante.
Sin embargo, aunque trabajar desde casa tiene sus ventajas, también conlleva una terrible soledad. Es probable que los empleadores tengan que abordar ése y otros problemas al considerar dónde deberían trabajar sus empleados y cómo reabrir las oficinas.
Es importante tener en cuenta que el teletrabajo no solo ayuda a mitigar la propagación de la enfermedad, sino que muchos empleadores han descubierto todo lo que pueden ahorrar en alquiler de oficinas y servicios públicos al no necesitar tanto espacio de trabajo compartido. Si el teletrabajo y productividad se convierten en la nueva normalidad, habrá que suavizar algunos de los aspectos negativos que tiene asociados:
- Para muchos teletrabajadores forzados, el trabajo remoto ha tenido un impacto negativo sobre su productividad. La razón principal parece deberse a tener que esperar más tiempo del habitual para obtener información por parte de los compañeros de trabajo.
- Para otros tantos, la comunicación entre colegas se ha reducido bastante.
- Por último, algunos trabajadores perciben que su carga de trabajo es menor; para otros es igual y para otro tanto la carga se ha incrementado de tal manera que son incapaces de conciliar la misma con su vida personal.
Teletrabajo en tiempo de coronavirus
El mayor problema es que muchos empleados pocas veces habían trabajado en forma remota o no lo habían hecho nunca. Siguiendo con los resultados del mismo estudio mencionado anteriormente: para el 56% trabajar en modalidad home office fue algo totalmente nuevo, mientras que el 44% ya lo hacía esporádicamente.
En estas circunstancias, estos trabajadores no se veían en la obligación de desarrollar las habilidades y capacidades laborales remotas que se necesitan al trabajar desde casa de manera regular, tal y como nos ha forzado este contexto. Incluso aquellos que habían teletrabajado de manera regular antes de la pandemia lo hacían principalmente a tiempo parcial y no estaban preparados para este cambio repentino y masivo.
Para los novatos en el ambiente del trabajo remoto, la experiencia al principio puede parecer una idea genial, pero pronto aparece el aislamiento y no siempre es fácil de conllevar.
Frente a este confinamiento total, si pudieran elegir, el 56% de los encuestados preferiría hacer home office sólo algunos días a la semana, el 25% optaría por trabajar siempre desde su casa, mientras que el 19% es más tradicional y prefiere su oficina o lugar de trabajo.
La pandemia ha traído cambios para el trabajo remoto. Entre las causas que lo han originado destacan la mayor demanda de los empleados, una menor resistencia de los gerentes y disminución en los costes de oficinas. Durante los próximos 6 o 9 meses seremos testigos de las consecuencias de estos cambios en el mercado laboral, haciendo que se reconsideren los contratos de alquiler de oficinas y los metros necesarios para reunir al personal.