Tecnología contra el desperdicio de alimentos

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Hay muchas plataformas y apps que luchan contra “food waste” (desperdicio de comida) de tiendas, bares y restaurantes con diversos impactos.

Entre ellos, desde dar de comer a personas que no tienen acceso diario a alimento, a disminuir la huella de carbono y reducir costos de producción, es decir, la diversidad de impactos positivos se amplía cada vez, enumera el último análisis de la consultora Trendsity-.

Creado durante la pandemia por Not Impossible Labs, Bento es un programa que reúne a restaurantes, personas que padecen inseguridad alimentaria y a quienes desean ser solidarios. Cuando alguien hace una donación a Bento, el programa usa el dinero para pedir una comida para alguien que lo necesita en un restaurante de su área local.

La persona puede ir a recogerlo, libre de estigmas, y el restaurante ve un aumento en el negocio. La aplicación Food Rescue Hero alerta cuando hay excedentes de alimentos perecederos que de otro modo se desperdiciarían cerca de ellos. Luego, los voluntarios pueden recoger la comida y entregarla a las personas necesitadas ese mismo día. Fresh Food Connect por su parte, ayuda a los productores urbanos a donar fácilmente sus excedentes de alimentos a las despensas de alimentos locales sin salir de casa.

Por otro lado están aplicaciones como Too Good To Go que se alinea con el movimiento #LaComidaNoSeTira y que nació en Dinamarca en 2016 con una meta: combatir el desperdicio de alimentos. La app permite que establecimientos como supermercados, restaurantes, panaderías, tiendas de comida preparada, hoteles, frutería puedan reducir su exceso de comida diario, vendiéndolo a un precio más reducido a través de la app.

Se salva esa comida de calidad, que de no venderse iría directamente a la basura, y ayuda así a preservar el medio ambiente. En Argentina existe Winim, con el mismo propósito: se beneficia el negocio vendiendo, gana el usuario al conseguir alimentos más baratos y reduce la contaminación.

Todos estas innovaciones son ejemplos de cómo las tecnologías aplicadas a la colaboración se pueden utilizar para generar impactos en la sociedad, la economía, el ambiente y las personas.

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