“¿Cómo hacer marketing cuando no hay mercado?”, comenzó diciendo. “¿Cómo conquistar clientes cuando impera el desempleo, la falta de confianza, la incertidumbre y el miedo?
Fiel a su costumbre de enumerar letras, propuso – no sin cierto humor – sus nuevas “4 P”: “Rezar (pray), perseverar (persevere), prepararse (prepare) y prosperar (prosper)”.
Se acabó el marketing del siglo XX. Hoy hay desconexión ( y a veces hasta contradicción) entre las distintas actividades que conforman la disciplina del marketing. El desafío es unir las piezas del rompecabezas y hacerlas interactuar para que juntas construyan la marca.
El mercado es la base de datos
Tener una base de datos de clientes conocidos y actualizada en cuanto a sus comportamientos y actitudes de compra, significa la posibilidad de lograr mejor rendimiento y rentabilidad”. Una base de datos revela quiénes son los clientes, qué quieren y qué esperan recibir. Por eso es una valiosa fuente de información a la hora de hacer nuevos ofrecimientos.
Pero además del cliente que ya existe hay que salir a buscar nuevos. Para eso hay que lograr que la gente – la que no conoce nuestro producto o servicio – lo pruebe. Conseguir que entre en contacto, que lo conozca, que sepa qué es. De manera que lo que tenemos que lograr es una de dos cosas: o que tenga el producto a mano para probarlo, o que lea acerca de él, de tal manera que le pique la curiosidad, o la necesidad.
El ABC del marketing óptimo
Según Rapp, hay pasos a seguir a la hora de hacer el mejor marketing posible:
1) Conectarse con los clientes actuales o con los que podrían llegar a serlo (por teléfono, correo, e-mail, fax, Internet, etc.).
2) Vigilar que la comunicación sea buena y no se corte.
3) Recoger los resultados de la comunicación.
“¿Cómo hacer marketing cuando no hay mercado?”, comenzó diciendo. “¿Cómo conquistar clientes cuando impera el desempleo, la falta de confianza, la incertidumbre y el miedo?
Fiel a su costumbre de enumerar letras, propuso – no sin cierto humor – sus nuevas “4 P”: “Rezar (pray), perseverar (persevere), prepararse (prepare) y prosperar (prosper)”.
Se acabó el marketing del siglo XX. Hoy hay desconexión ( y a veces hasta contradicción) entre las distintas actividades que conforman la disciplina del marketing. El desafío es unir las piezas del rompecabezas y hacerlas interactuar para que juntas construyan la marca.
El mercado es la base de datos
Tener una base de datos de clientes conocidos y actualizada en cuanto a sus comportamientos y actitudes de compra, significa la posibilidad de lograr mejor rendimiento y rentabilidad”. Una base de datos revela quiénes son los clientes, qué quieren y qué esperan recibir. Por eso es una valiosa fuente de información a la hora de hacer nuevos ofrecimientos.
Pero además del cliente que ya existe hay que salir a buscar nuevos. Para eso hay que lograr que la gente – la que no conoce nuestro producto o servicio – lo pruebe. Conseguir que entre en contacto, que lo conozca, que sepa qué es. De manera que lo que tenemos que lograr es una de dos cosas: o que tenga el producto a mano para probarlo, o que lea acerca de él, de tal manera que le pique la curiosidad, o la necesidad.
El ABC del marketing óptimo
Según Rapp, hay pasos a seguir a la hora de hacer el mejor marketing posible:
1) Conectarse con los clientes actuales o con los que podrían llegar a serlo (por teléfono, correo, e-mail, fax, Internet, etc.).
2) Vigilar que la comunicación sea buena y no se corte.
3) Recoger los resultados de la comunicación.