Selección Argentina de Básquet: Nueva oportunidad para las marcas argentinas

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El básquet es el segundo deporte de la Argentina y va camino de convertirse en una pasión nacional. Tiene, por tanto, un potencial enorme en cuanto a comercialización de marcas.

Mientras casi tres mil millones de personas -la mitad del planeta- miran hacia
Alemania, hay casi mil millones que ya miran hacia Japón, sede del mundial
de básquet FIBA 2006. Y cuando éste llegue en agosto, todos los
ojos estarán fijos en la selección campeona de los juegos olímpicos
de Atenas, la selección que según los organizadores del mundial
ha “dominado el básquet mundial desde 2004” y la selección
que lleva a figuras como Emmanuel “Manu” Ginóbili, Fabricio
Oberto, Andrés Nocioni, Carlos Delfino y Luis Scola.

Es decir, la selección nacional. Según Hernán Lombardi,
director de Expansiva S.A., empresa socia de la Confederación Argentina
de Básquet (CABB) para el desarrollo y la explotación de los derechos
comerciales del básquet en Argentina, “el básquet es el segundo
deporte de la Argentina y va a transformarse en una pasión nacional,
el potencial que tiene es enorme.

El básquet es un deporte muy atractivo para ser observado tanto por
la destreza de los jugadores como por el importante despliegue táctico
y estratégico que tiene, manteniendo el interés del espectador
hasta el final.” El básquet es además un deporte federal:
los principales clubes están en el interior del país, y muchas
veces en ciudades chicas. “En Argentina es un deporte que surge del interior
hacia la Capital”, dice Lombardi. Por eso el calendario de juegos para
los amistosos de la selección previos al mundial es también un
calendario federal: se jugarán en Capital, pero también en Mar
del Plata y Santa Fe, ciudades con una larga tradición de básquet.

Para que la combinación de pasión deportiva y marketing profesional
funcione, el respeto por las partes y sus necesidades parece fundamental: “Hay
que ser cuidadoso en cómo lo hacemos, acá estamos hablando de
personas que practican un deporte.” Y el mismo respeto a sus necesidades
y objetivos es lo que ofrece a las marcas auspiciantes, que pagarán hasta
250.000 dólares para auspiciar o acompañar a la selección
nacional en el futuro.

“Para las marcas ésta es una gran oportunidad de asociarse a cuestiones
que se están poniendo hoy en lo más alto la sociedad argentina.
Esto es una demanda del público que las marcas entienden y aceptan.”
No sorprende entonces que la selección cuente hoy con auspiciantes como
Visa, Topper, Gatorade o ESPN y que esté negociando con marcas como la
yerba mate Taragüí: “Es que queremos que el cóndor tome
mate”, sonríe mientras espera -como todos- que la selección
nacional salga campeona otra vez.

Mientras casi tres mil millones de personas -la mitad del planeta- miran hacia
Alemania, hay casi mil millones que ya miran hacia Japón, sede del mundial
de básquet FIBA 2006. Y cuando éste llegue en agosto, todos los
ojos estarán fijos en la selección campeona de los juegos olímpicos
de Atenas, la selección que según los organizadores del mundial
ha “dominado el básquet mundial desde 2004” y la selección
que lleva a figuras como Emmanuel “Manu” Ginóbili, Fabricio
Oberto, Andrés Nocioni, Carlos Delfino y Luis Scola.

Es decir, la selección nacional. Según Hernán Lombardi,
director de Expansiva S.A., empresa socia de la Confederación Argentina
de Básquet (CABB) para el desarrollo y la explotación de los derechos
comerciales del básquet en Argentina, “el básquet es el segundo
deporte de la Argentina y va a transformarse en una pasión nacional,
el potencial que tiene es enorme.

El básquet es un deporte muy atractivo para ser observado tanto por
la destreza de los jugadores como por el importante despliegue táctico
y estratégico que tiene, manteniendo el interés del espectador
hasta el final.” El básquet es además un deporte federal:
los principales clubes están en el interior del país, y muchas
veces en ciudades chicas. “En Argentina es un deporte que surge del interior
hacia la Capital”, dice Lombardi. Por eso el calendario de juegos para
los amistosos de la selección previos al mundial es también un
calendario federal: se jugarán en Capital, pero también en Mar
del Plata y Santa Fe, ciudades con una larga tradición de básquet.

Para que la combinación de pasión deportiva y marketing profesional
funcione, el respeto por las partes y sus necesidades parece fundamental: “Hay
que ser cuidadoso en cómo lo hacemos, acá estamos hablando de
personas que practican un deporte.” Y el mismo respeto a sus necesidades
y objetivos es lo que ofrece a las marcas auspiciantes, que pagarán hasta
250.000 dólares para auspiciar o acompañar a la selección
nacional en el futuro.

“Para las marcas ésta es una gran oportunidad de asociarse a cuestiones
que se están poniendo hoy en lo más alto la sociedad argentina.
Esto es una demanda del público que las marcas entienden y aceptan.”
No sorprende entonces que la selección cuente hoy con auspiciantes como
Visa, Topper, Gatorade o ESPN y que esté negociando con marcas como la
yerba mate Taragüí: “Es que queremos que el cóndor tome
mate”, sonríe mientras espera -como todos- que la selección
nacional salga campeona otra vez.

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