Por María Laura Palacios (*)
En tiempos difíciles y de cambios muy rápidos, como los que estamos viviendo en el sector de la tecnología, las empresas que puedan generar un impacto en la industria del conocimiento, construir un compromiso por parte de los talentos y perfiles y gerenciar estos cambios, se verán beneficiadas y valoradas en el corto plazo.
A esto se le suma que en conjunto tengan la capacidad de construir un ecosistema de profesionales que responda a la demanda del sector, atraer y desarrollar nuevos talentos y capacitarlos correctamente en un mundo donde hay que ser adaptables y flexibles. Las empresas tenemos que trabajar juntas y mancomunadamente para generar un compromiso organizacional con un propósito claro: aumentar la motivación, generar conocimiento, formar y capacitar y gestionar la retención para fidelizar al talento local.
El profesional no puede desarrollarse solo, requiere de un entorno y condiciones que se lo permitan y lo motiven. Y es acá donde tenemos que estar como empresas, ofreciendo las herramientas para su desarrollo y crecimiento y donde la formación y la transmisión de conocimiento se conviertan no solo en un pilar fundamental para la industria, sino en la punta del ovillo para crear un verdadero semillero de perfiles. Cuanto más capacitación y formación se brinde, más interés por aprender y crecer en nuestro país habrá, robusteciendo el ecosistema local de profesionales. Si esta unión no se logra, nuestros talentos se seguirán yendo al exterior y de acá a cinco años se llegará a un achatamiento de la industria de la cuál será muy difícil salir.
Se sabe de la dificultad para retener talento cuando la disparidad cambiaria existente hace que los sueldos de profesionales y ejecutivos argentinos quedan desdibujados frente a los de otros países. En lo que respecta a la industria tecnológica, se suele destacar la dificultad para encontrar talento e incluso retenerlo y la gran competencia y puja que existe por captar estos talentos. En un país donde parece que no hay salida, el desafío de los líderes y organizaciones es difícil, pero no imposible.
Las empresas del sector tenemos que asumir el rol de capacitadores y formadores. No intentarlo implica quedarnos sin el talento que, no solamente es generador de valor a las empresas, sino que es el que va a seguir amplificando y compartiendo su conocimiento a medida que vaya creciendo y formándose en su carrera profesional a otros talentos que se irán sumando al ecosistema local de profesionales.
(*) CEO de G&L Group