<p>La creciente brecha entre ricos y pobres y la enfermedad cultural del “hedonismo” son las razones citadas para la veda.</p>
<p>En la superficie, la reciente disposición municipal de Beijing que prohibe todo uso del término “lujo” en la publicidad parece tirarle una piedra al trabajo de los marketineros que promocionan sus productos en China. Pero en realidad, las nuevas regulaciones brindan un soberbio ambiente para que el branding haga lo suyo, especialmente para marcas que no necesitan preocuparse con usar el término, al menos según la interpretación que Abe Sauer hace en Brandchannel.</p>
<p>China se ha convertido en un gigante del consumo de bienes suntuarios. El año pasado, The China Daily, un diario estatal, reveló satisfecho que China había “superado a Estados Unidos para convertirse en el segundo mercado suntuario del mundo en 2009, con un gasto de US$ 9.400 millones que representaba 27,5% de las ventas globales totales”.<br />
Parecería, entonces, que el apetito de la nación por las marcas de lujo estaba creciendo demasiado rápido.</p>
<p>Sin embargo, la nueva ley no restringe la venta de marcas de lujo, sólo el lenguaje usado en publicidad y texto de marketing, de manera que probablemente no dañe las ventas de las marcas suntuarias en ese gigantesco país.</p>
<p>Y si se piensa en marcas como Gucci, Rolex, Louis Vuitton, Burberry… ninguna de ellas usa la palabra “lujo” en su marketing. No la necesitan. <br />
El término “lujo” (o similar) suele ser usado por esos nombres que se esfuerzan por convertirse en (o hacerse pasar por) verdaderas marcas de lujo.</p>
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Prohiben usar la palabra lujo en Beijing
Fortune informa que una nueva ley de Beijing impone una multa de US$ 4.500 a toda publicidad que emplee el término lujo (o cualquiera de sus variantes).