<p>Fueron cuatro las organizaciones defensoras de consumidores que firmaron la querella contra de PepsiCo y su subsidiaria Frito-Lay el miércoles pasado. Acusan a la multinacional de bebidas de haber utilizado prácticas engañosas en campañas de marketing digital dirigidas a los adolescentes. <br />
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Digital Democracy, Consumer Watchdog, Consumer Action y Praxis Project son las organizaciones que darán pelea a Pepsi en esta batalla legal. La queja está relacionada con la campaña web de Doritos, una marca de snacks muy popular de la compañía. Basaron su estrategia en captar al público joven ofreciéndole acceso online a un recital de la cantante pop Rihanna y publicitando dos sitios: Hotel626 y Asylum626, portales que permitía a los usuarios recorrer un hotel embrujado o un manicomio. <br />
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El problema es que estas campañas violan la Ley Federal que prohíbe a los especialistas en marketing recurrir a prácticas o actos engañosos. Los querellantes dicen que la campaña de marketing se disfraza de entretenimiento y oculta su objetivo publicitario. Otra queja está relacionada con la privacidad: en ningún lugar del sitio Pepsi aclara qué hará con los datos recolectados en el sitio que los usuarios usan o comparten voluntariamente. <br />
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El vocero de una de las organizaciones que se lanza contra Pepsi resaltó que la empresa está en la vanguardia en la utilización de marketing digital para promover sus productos y que, con todo desparpajo, han decidido usar su munición para atraer a niños y adolescentes a sus productos.<br />
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Esta querella no pudo haber llegado en un contexto mejor. La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos está preparando un informe sobre privacidad del consumidor y, específicamente, sobre las consecuencias de promocionar ciertos alimentos a jóvenes. Aunque ya existen pautas estatales que las empresas pueden seguir a la hora de anunciar sus productos, se esperan modificaciones en los próximos meses. <br />
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Pepsi, acusada de marketing engañoso
La multinacional de bebidas y aperitivos, PepsiCo, y su subsidiaria, Frito-Lay, fueron acusadas ante la Comisión Federal de Comercio en Estados Unidos de utilizar prácticas de marketing engañosas en la publicidad de la marca Doritos.