<p>“A fin de poner orden en el sistema financiero, es preciso que éste vuelva a ser fiable”, sostuvo Barack Obama en el salón oval. Esta medida “es un preludio a nuevas normas destinadas a entidades privadas que recurran a la asistencia estatal. Por eso debemos asegurar que el dinero del contribuyente no subsidie las desmedidas remuneraciones imperantes en Wall Street”•</p>
<p>Por su parte, Geithner señaló que la cadena de crisis iniciadas con malas hipotecas culmina en “esta crisis sistémica agravada por la pérdida de fe pública en el buen juicio de bancos, compañías y juntas directivas, cuya dadivosidad ha causado y causa enormes daños”. </p>
<p>Sin duda, el nuevo gobierno reacciona ante el escándalo que presuponen cuantiosas bonificaciones a banqueros y managers de entidades beneficiados por el programa de alivio a activos tóxicos (TARP). En este caso, legisladores demócratas presionan para despedir a su administrador, Neel Kashkari, puesto por Henry Paulson y, como él, ex Goldman Sachs.</p>
<p>Paralelamente, se exige transparencia en gastos tan suntuarios como decoración de despachos, agasajos, fiestas y aviones privados. También se limitan montos de indemnización por despido y salarios ejecutivos. Circula en Nueva York y Londres una versión según la cual “esto recién empieza”.<br />
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Obama ordena límites remuneratorios en bancos objeto de rescate
El presidente calificó de “vergonzosas” las bonificaciones otorgadas a ejecutivos de bancos y otras sociedades que recibieron dinero de los contribuyentes. Junto con el secretario de Hacienda, Timothy Geithner, impuso un techo de US$ 500.000 anuales.