El viejísimo concepto de la entrega de productos comestibles a la puerta de las casas – cuyos orígenes se pueden remontar al lechero que iba de puerta en puerta — se vio catapultado por la combinación de pandemia y tecnología.
Apps como la de Uber Eats, Glovo o Rappi, concentradas en restaurantes y comidas para llevar, han sabido crear demanda para entregas que son pedidas por internet y llegan en 30 minutos.
Pero la nueva generación de start-ups pone la mira en el mercado – mucho más grande – de los productos de almacén y promete entregar la canasta de productos esenciales en 10 minutos. Al menos en Estados Unidos y Europa.
Por ejemplo en Londres, Gorillas (una start-up con sede en Berlín) cobra 1,80 libras por entregar, desde una manzana que cuesta 30 peniques hasta una caja de botellas de sidra que cuesta 10 libras., desde una pizza congelada hasta bijes de chorizo. No tiene valor mínimo de pedido.
También está Getir, que se jacta de entregar más de 1.000 productos – desde detergente, comida para perros, papitas fritas hasta condones – y en este momento no cobra nada porel envío de entregas de más de 10 libras.
Los clientes incluyen desde padres que necesitan con urgencia los pañales para su bebé hasta jóvenes profesionales que no quieren planificar sus días de compra. Luego están los amigos del sofá y sus cenas frente al televisor.
La velocidad de entrega que logran esas apps se consigue mediante la combinación de pequeños depósitos localizados, un ejército de mensajeros, una limitda selección de productos y toneladas de efectivo.
Solamente en el mes de marzo Getir reunió YS$ 300 millones, apenas dos meses después de cerrar una operación de financiamiento de US$ 128 millones. Gorillas recibió US$ 290 millones a nueve meses de su lanzamiento. GoPuff – con sede en Filadelfia — , duplicó su valuación a US$ 8.900 millones en el término de 6 meses. Y la app española Glovo recaudó 450 millones de euros.