<p>El efecto halo fue documentado por primera vez en el ejército de EE.UU. hace algunos años cuando se observó, por ejemplo, que los comandantes daban buenas calificaciones a los soldados prolijos, o leales o con físicos resistentes. En forma similar, muchos aspectos de una compañía pueden proyectar halos. Es más probable que si la gente que una compañía es muy rentable, se incline a creer que sus productos son buenos y su publicidad, honesta. Eso ayuda a crear lealtad entre los clientes y logra que las compañías sean más resistentes a la competencia. <br />
<br />
El aura de atracción que Steve Jobs ha proyectado siempre sobre los productos de Apple convirtió a los clientes en fieles religiosos. El arte de Jobs para el diseño convirtió a los productos Apple —y la cotización de las acciones – en cosas sumamente atractivas. Es probable entonces, si esto es así, que la magia no se apague con el alejamiento de Jobs. <br />
<br />
Pero los halos también pueden llevar a los inversionistas por la senda equivocada. Phil Rosenzweig, profesor de administración, señala en su libro "<em>The Halo Effect</em>" ("El efecto halo"), que si el precio de una acción sube, esto puede llevar a inversionistas a considerar que los gerentes de la empresa son atentos, disciplinados y apasionados. En tanto, en el halo negativo que se produce cuando la misma acción emprende el descenso, los mismos ejecutivos parecerán obstinados, carentes de imaginación y resistentes al cambio.<br />
<br />
Según esta interpretación, los inversionistas están convencidos de que evalúan independientemente la acción y la gerencia, pero una opinión influye sobre la otra. La conclusión es que los inversores son optimistas en la buena y pesimistas en la mala. Cambian sus percepciones, no los gerentes. <br />
<br />
Para cualquier posible inversión, habría entonces que calificar cada uno de los factores financieros en una escala idéntica, por ejemplo, de 0 en la base a 5 en el tope. Luego añadir, como factor final y subjetivo, la impresión personal de cada compañía y su gerencia, calificándolas según la misma escala. Luego de sumar todos los puntos y dividirlos por la cantidad de factores, se podrá tener una idea aproximada de la compañía donde conviene invertir.</p>
<p> </p>
Las percepciones de los inversionistas
El efecto halo, ese fenómeno psicológico por el cual se juzga a una persona a partir de un rasgo, parece que también sería aplicable a las empresas.