lunes, 25 de noviembre de 2024

La teoría del caos o el desafío de gerenciar con reglas inestables

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Cómo se comportará el entorno ha sido tradicionalmente un capítulo importante de la planificación. Pero en los últimos años, dado su nivel de incertidumbre, el esfuerzo para interpretarlo es mucho mayor. El modelo del caos introduce la idea de que el azar, las condiciones cambiantes y la creatividad pueden introducirse en cualquier momento en un sistema complejo y alterar su curso.

Por lo tanto, adem&aacute;s de anticiparse y responder al nuevo escenario, las empresas tienen otra opci&oacute;n, m&aacute;s poderosa. Pueden influir sobre el cambio en el momento en que aparece.<br /><br /> Por lo general pensamos el futuro como extensi&oacute;n del pasado. Si conocemos el punto de partida, podemos predecir qu&eacute; ocurrir&aacute; m&aacute;s tarde con s&oacute;lo trazar una l&iacute;nea recta desde ese punto. <br /><br /> As&iacute; es como funcionan hoy muchas de las herramientas de proyecci&oacute;n empresarial. Sin embargo, ya en los a&ntilde;os &rsquo;60 esta concepci&oacute;n fue radicalmente modificada cuando Edward Lorenz, del MIT (<em>Massachusetts Institute of Technology</em>), desarroll&oacute; su teor&iacute;a de los sistemas din&aacute;micos no lineales. <br /><br /> El modelo del caos introduce la idea de que el azar, las condiciones cambiantes y la creatividad pueden introducirse en cualquier momento en un sistema complejo y alterar su curso. <br /><br /> Por lo tanto, adem&aacute;s de anticiparse y responder al cambio, las empresas tienen otra opci&oacute;n, m&aacute;s poderosa. <br /> Pueden &quot;influir sobre el cambio en el momento en que aparece&quot;, dice T. Irene Sanders, autora de <em>Strategic Thinking and the New Science (Free Press)</em> y presidenta de Sanders &amp; Co., de Evergreen, Colorado. <br /><br /> Aunque la teor&iacute;a del caos ayuda a las empresas a comprender c&oacute;mo cambian los mercados, ellas deber&aacute;n tambi&eacute;n recurrir a la &quot;teor&iacute;a de la complejidad&quot; para manejarse eficientemente en un contexto desordenado. <br /><br /> &quot;La teor&iacute;a de la complejidad dice que si una compa&ntilde;&iacute;a est&aacute; estructurada con demasiada rigidez, no se puede mover; y si es demasiado ca&oacute;tica, no se puede mover&quot;, dice Kathleen Eisenhardt, coautora con Shona Brown de <em>Competing on the Edge: Strategy as Structured Chaos </em>(Harvard Business School Press). <br /><br /> &quot;Hay un punto que llamamos el &quot;borde del caos&quot; en el que las compa&ntilde;&iacute;as se pueden mover&quot;. En ese punto, una compa&ntilde;&iacute;a tiene suficiente estructura como para mantener la cohesi&oacute;n de los procesos y la gente, pero a la vez mantiene suficiente flexibilidad como para permitir la innovaci&oacute;n y la adaptaci&oacute;n. <br /> Eisenhardt, en su c&aacute;tedra de estrategia y organizaci&oacute;n de la Universidad de Stanford, da ejemplos que ilustran el concepto de estar &quot;en el borde&quot;. <br /><br /> Uno es el jazz. Los m&uacute;sicos de jazz siguen algunos lineamientos b&aacute;sicos pero improvisan seg&uacute;n el p&uacute;blico, seg&uacute;n el entorno o una cantidad de otros factores que ser&iacute;a dif&iacute;cil enumerar. <br /><br /> El otro ejemplo que suele dar es la conducta de los adolescentes. &quot;Les damos algunas reglas para que no cometan errores grandes. Pero debemos darles libertad para que puedan crecer&quot;. <br /><br /> Estar en el borde significa entonces encontrar el equilibrio entre orden y caos, entre anarqu&iacute;a y rigidez, entre estabilidad e inestabilidad. <br /><br /> Eisenhardt cree que las organizaciones deben prescindir de algo de estabilidad y control para lograr nuevas alturas de eficiencia e innovaci&oacute;n. <br /><br /> La instituci&oacute;n de las fuerzas armadas es otro buen ejemplo. Los colegios militares ense&ntilde;an principios en lugar de reglas. Pero en tiempos de guerra, lo que decide el &eacute;xito es una aplicaci&oacute;n de esos principios que reconoce lo que est&aacute; ocurriendo en un contexto ca&oacute;tico. <br /><br /> O sea, el equilibrio entre adhesi&oacute;n a una pol&iacute;tica, o plan de acci&oacute;n, para adaptarla y modificarla a un &aacute;mbito espec&iacute;fico para despojarla de rigidez. <br /><br /> &iquest;C&oacute;mo hacen las organizaciones para lograr el tipo de flexibilidad que existe en el ej&eacute;rcito? Los expertos dicen que la palabra clave es &quot;adaptaci&oacute;n&quot;. Para competir &quot;en el borde&quot; las empresas deben convertirse en &quot;sistemas complejos y adaptables&quot; (CAS, en ingl&eacute;s) parecidos a los sistemas de autocorrecci&oacute;n y reacomodaci&oacute;n no lineal que tanto abundan en la naturaleza. <br /><br /> Una caracter&iacute;stica importante de los CAS es que no tienen sistema central, dice Mike Simmons, director del <em>Santa Fe Center for Emergent Strategies</em>, una organizaci&oacute;n de consultor&iacute;a que aplica la teor&iacute;a de la complejidad a las estrategias gerenciales. <br /><br /> En cambio, agrega Simmons, los sistemas CAS est&aacute;n compuestos por agentes aut&oacute;nomos cuyas interacciones producen estructuras nuevas que forman las caracter&iacute;sticas &uacute;nicas del sistema. <br /><br /> Un ejemplo cl&aacute;sico de sistema CAS es la conducta gregaria de los gansos. Ellos parecen seguir una pocas leyes simples, como la de no chocarse entre s&iacute;, volar todos a las misma velocidad y mantenerse siempre junto al grupo. <br /> N&oacute;tese la constante reacomodaci&oacute;n, autocorrecci&oacute;n y adaptaci&oacute;n a que permanentemente recurren estas aves para lograr su objetivo de mantenerse imperturbables a las cambiantes circunstancias. <br /><br /> Muchos de los sistemas CAS que naturalmente ocurren en el mundo, como el sistema inmunol&oacute;gico, los sistemas ecol&oacute;gicos y las culturas humanas, son s&oacute;lidos y duraderos aun careciendo de control central, dice Simmons. <br /> &quot;Por otra parte&quot;, a&ntilde;ade, &quot;es muy dif&iacute;cil encontrar una compa&ntilde;&iacute;a con muy larga vida&quot;. &quot;Tal vez entonces habr&iacute;a que imitar a los CAS naturales para aprender a crear sistemas humanos s&oacute;lidos y duraderos&quot;. <br /><br /> La raz&oacute;n por la que muchas organizaciones mueren j&oacute;venes, seg&uacute;n Ralph Stacey, profesor de gerenciamiento estrat&eacute;gico en la Universidad de Hertfordshire (Gran Breta&ntilde;a), es que los gerentes piensan s&oacute;lo en reforzar las fortalezas existentes y en mantener la estabilidad. <br /><br /> &quot;Cuando aparecen competidores m&aacute;s imaginativos que cambian las reglas del juego, esas compa&ntilde;&iacute;as superadaptadas &ndash;igual que ocurre a los animales superespecializados cuando hay un gran cambio clim&aacute;tico&ndash; no pueden reaccionar con la debida celeridad&quot;.

Para evitar esos errores fatales las compa&ntilde;&iacute;as deben prestar constante atenci&oacute;n a las nuevas direcciones estrat&eacute;gicas que brotan espont&aacute;neamente de los desaf&iacute;os y contradicciones inherentes a la organizaci&oacute;n. <br />
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En lugar de evitar el caos los gerentes deben aceptarlo. Tambi&eacute;n deben asegurarse de que el ambiente de trabajo fomente la interacci&oacute;n y la creatividad. Un gerente no debe dar &quot;respuestas&quot; sino construir un proceso flexible que ayude a los empleados a encontrarlas por s&iacute; mismos. <br />
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Para crear una organizaci&oacute;n &aacute;gil y ligera hace falta m&aacute;s que liderazgo. La organizaci&oacute;n toda debe involucrarse en su funcionamiento, y para eso deber&aacute; tener una estructura din&aacute;mica y org&aacute;nica. En un sistema CAS los m&uacute;ltiples participantes est&aacute;n interconectados en forma ligeramente desordenada. <br />
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A diferencia del sistema gerencial tradicional, que trata a las organizaciones como m&aacute;quinas reducibles a sus partes funcionales m&aacute;s peque&ntilde;as, un sistema CAS es un &quot;sistema viviente&quot; y opera como una unidad individual. Su capacidad reside no en las partes individuales sino en la funci&oacute;n del todo. <br />
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Las colonias animales son un ejemplo. Con el correr del tiempo, una colonia de hormigas se vuelve cada vez m&aacute;s inteligente y m&aacute;s adaptada al medio ambiente. Y sin embargo, cada a&ntilde;o se mueren todas las hormigas de una colonia. Es la inteligencia colectiva y la acci&oacute;n lo que hace que el sistema se adapte y se mejore a s&iacute; mismo. <br />
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&iquest;C&oacute;mo hacen las compa&ntilde;&iacute;as para crear ese tipo de inteligencia colectiva? Kellner-Rogers, coautora de <em>A Simpler Way</em>, cree que el camino es &quot;crear un fuerte sentimiento de &lsquo;significados compartidos&rsquo; para que la gente se sienta en libertad de tomar decisiones.&quot; <br />
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Otra cosa que los l&iacute;deres deber&aacute;n tener en cuenta es que la inteligencia que necesita la organizaci&oacute;n no tiene jerarqu&iacute;as y puede estar en cualquiera de sus niveles. <br />
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La informaci&oacute;n que tiene la secretaria vale tanto como la que tiene el/la CEO. Esas son las piezas que se deben ensamblar. Kellner-Rogers da un ejemplo: un hotel ubicado en las cercan&iacute;as de Disney World no andaba tan bien como otros de la zona aunque su calidad no ten&iacute;a nada que envidiar a la de los dem&aacute;s. <br />
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La gerencia revis&oacute; sus programas de publicidad y de marketing pero nada, los resultados no repuntaban. Un d&iacute;a, la persona a cargo de las operaciones telef&oacute;nicas coincidi&oacute; en el ascensor con el gerente general y le dijo que cuando la gente llama para hacer una reserva siempre decimos que el hotel est&aacute; emplazado en un campo de golf. <br />
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Pero muchas veces son mujeres las que hacen la reserva y no parece atraerles la idea de que sus esposos se queden jugando al golf en lugar de ir con toda la familia a divertirse en Disney World. Despu&eacute;s de evaluar la importancia de esa informaci&oacute;n, el hotel dej&oacute; de hacer referencia al campo de golf y el negocio mejor&oacute;. <br />
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Adem&aacute;s de un alto grado de interactividad y de inteligencia compartida, la organizaci&oacute;n debe tener capacidad para absorber golpes en tiempos tumultuosos. S&oacute;lo as&iacute; podr&aacute; estar preparada para controlar un futuro que desconoce y acontecimientos imprevistos que pueden descolgarse en el momento menos pensado. <br />
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&quot;Una organizaci&oacute;n deber&iacute;a ser como una esponja &ndash;dice Beverly Goldberg, vicepresidenta de <em>Twentieth Century Fund</em>, una fundaci&oacute;n neoyorquina dedicada a la investigaci&oacute;n&ndash; con capacidad para absorber una cierta cantidad de cambios. En esto, el capital humano juega un papel importante, porque all&iacute; estar&aacute; o no la habilidad para introducir flexibilidad en tiempos de cambio&quot;. <br />
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Otro m&eacute;todo para estar preparados, agrega Goldberg, es analizar constantemente una gran cantidad de posibilidades. En algunas compa&ntilde;&iacute;as, los empleados forman equipos espont&aacute;neos para desarrollar sus propias formas innovadoras de resolver problemas. <br />
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Cuando un camino les parece el adecuado, ponen todos sus recursos alrededor del esfuerzo y encuentran una soluci&oacute;n. Los resultados son innovaciones m&aacute;s r&aacute;pidas. <br />
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El argumento en contra podr&iacute;a ser que este proceso no es eficiente con respecto a su costo, pero los sistemas de adaptaci&oacute;n no deber&iacute;an llevar demasiado lejos el concepto de &quot;eficiencia&quot;. Si se enfr&iacute;an mucho las nuevas ideas que se proponen se asfixia el &eacute;xito futuro. Los procesos de adaptaci&oacute;n no son eficientes sino innovadores. <br />
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Muchos de los cambios en el mundo de los negocios pueden parecer sorprendentes si no vislumbramos el futuro. Pero, dicen los especialistas, desde el mismo lugar en que estamos parados podemos ver al menos una parte del futuro <br />
La teor&iacute;a del caos sirve para comprender las interconexiones del mundo, ayuda a reconocer las causas de ciertos &quot;acontecimientos fortuitos&quot; y a estar mejor preparados para afrontarlos. <br />
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Tomemos por caso la crisis financiera de Asia. Antes las empresas habr&iacute;an dicho que se trat&oacute; simplemente de un acontecimiento del azar. La verdad es que muchos acontecimientos como &eacute;se, aparentemente casuales, pueden modificar el rumbo de los negocios. <br />
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Dada la interconexi&oacute;n de la econom&iacute;a global, hoy es muy importante que las compa&ntilde;&iacute;as conozcan los temas que van apareciendo y r&aacute;pidamente decidan c&oacute;mo van a reaccionar. Pero para hacerlo necesitan un enfoque org&aacute;nico en la planificaci&oacute;n. <br />
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El viejo modelo de planificaci&oacute;n buscaba el diagn&oacute;stico de uno o varios caminos posibles de los acontecimientos, mientras que un revolucionario paradigma que llamamos &quot;visualizaci&oacute;n del futuro&quot; permite dominar la situaci&oacute;n cualquiera sea la forma en que se desenvuelvan los acontecimientos futuros. Comprender el presente es el primer paso hacia la comprensi&oacute;n del futuro. <br />
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La forma pr&aacute;ctica de lograr esa comprensi&oacute;n es mediante la aplicaci&oacute;n del &quot;pensamiento visual&quot;, un proceso que ayuda a pintar el gran cuadro contextual donde se toman las decisiones. Implica mapear sobre un papel todos los temas centrales y &quot;colgarles&quot;, a cada uno de ellos, los datos que rodean nuestro contexto total. <br />
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El pensamiento visual conecta la intuici&oacute;n que tenemos sobre una situaci&oacute;n con los datos que ya tenemos, dice. Cuando todos los empleados participan en el pensamiento visual las perspectivas individuales crear&aacute;n una pintura realista del contexto porque cada uno aportar&aacute; una cantidad de datos que colgar&aacute; de los temas centrales. <br />
Esos datos reflejan los temas emergentes que pueden llegar a ser los desaf&iacute;os y oportunidades que afrontaremos en el futuro. Reconocerlos, reaccionar ante ellos y actuar antes de que broten como acontecimientos inesperados nos ayudar&aacute; a controlar el futuro. <br />
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En medio de todo el caos, las empresas no deber&iacute;an aspirar a armar la &quot;gran&quot; estrategia para el futuro. Eisenhardt de Stanford University dice que las compa&ntilde;&iacute;as deber&iacute;an tener una estrategia en todo momento, pero que lo importante es recordar que &quot;toda estrategia es temporaria&quot;. <br />
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La mejor manera de planificar para el futuro en constante cambio, dice, es tener varios planes estrat&eacute;gicos que contemplen no m&aacute;s all&aacute; de un a&ntilde;o, porque las cosas cambian demasiado r&aacute;pido para los planes a cinco o diez a&ntilde;os. Un plan m&aacute;s corto puede adaptarse con mayor rapidez a los cambios que ahora se dan en &quot;tiempo Internet&quot;. <br />
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Por m&aacute;s &uacute;tiles que sean las teor&iacute;as del caos y de la complejidad, nunca podr&aacute;n controlar todas las variables del contexto empresarial. Los que presumen de hacer an&aacute;lisis absolutamente cient&iacute;fico de, por ejemplo, el mercado mundial de valores, encuentran que ninguna de las dos teor&iacute;as alcanza para comprenderlo todo. <br />
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Eso es porque la investigaci&oacute;n cient&iacute;fica de sistemas ca&oacute;ticos s&oacute;lo puede tomar en cuenta un limitado n&uacute;mero de variables. Es muy dif&iacute;cil analizar sistemas ca&oacute;ticos con m&aacute;s de una docena de variables. Y en el mundo de los negocios las variables son demasiadas.

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