La otra revolución tecnológica

Tras más de cuatro décadas de desarrollo paralelo, la computación y la biotecnología convergen en una sola fuerza tecnológica y económica. El XXI será el siglo de la biología.

La convergencia entre computación y biotecnología da luz al siglo de la biología.

Después de más de 40 años de desarrollo paralelo, la ciencia de la computación y la biotecnología convergen en una sola fuerza tecnológica y económica.

Así como las computadoras transformaron para siempre todos los sectores económicos en el siglo XX, la biología lo hará en el XXI.

Los descubrimientos en genomas están en el corazón de esta actividad.

Un genoma es todo el ácido desoxirribonucleico (ADN) en un organismo, que incluye los genes que hacen las proteínas que determinan en qué se convierte un organismo y cómo se comporta.

Los investigadores en todos los rincones del mundo corren carreras para armar la secuencia de 3.000 millones de pares base de ADN para identificar hasta 150.000 genes humanos.

Están logrando mucho más de lo que imaginaban, no sólo en cuanto a identificar genes, sino a aplicar ese conocimiento en diversas industrias. Algunas de ellas:

• Cuidado de la salud. La capacidad para decodificar genes y relacionarlos con determinadas enfermedades eliminará muchas enfermedades y convertirá en tratables muchas afecciones hasta ahora incurables.

La terapia de genes trae también promesas para muchas enfermedades y desórdenes como cistitis fibrosa, Alzheimer, Sida y cáncer.

Las drogas customizadas, o sea, preparadas para atacar características genéticas específicas, asegurarán un tratamiento eficaz sin reacciones adversas.

Un cuerpo biónico de partes reemplazables incluirá piel, cartílagos, nervios, vasos sanguíneos, miembros y órganos.

• Alimentos y fármacos. Los gigantes farmacéuticos del mundo están a punto de sumarse a un negocio muy parecido al de las grandes fábricas procesadoras de alimentos: el negocio de crear productos que sustentan la vida.

Pronto las drogas serán suministradas a través de alimentos, y los alimentos se concebirán para que prevengan una cantidad de enfermedades hereditarias y rasgos genéticos.

Las alianzas entre todos los principales actores es muy probable.

• Infotecnología. La biología está transformando la Infotecnología.

Computadoras y software basados en ADN aplican los principios de la selección natural y de mutación casual.

El ADN podría algún día cumplir la misma función del actual chip de silicio.

Llegará el momento en que los científicos podrán catalogar miles de variaciones genéticas para cada individuo, algo así como un código de barras genético.

• Manufactura. Novo Nordisk produce enzimas que reducen la necesidad de usar cloro en la fabricación del papel, un elemento sumamente dañino para el medio ambiente.

DuPont está invirtiendo millones para lograr productos químicos baratos y limpios capaces de reemplazar al petróleo como fuente de materias primas para productos como el nylon y los plásticos.

• Inversiones. La biotecnología –ahora que por fin consigue poner productos en el mercado– está a a un paso de lograr grandes éxitos.

El mercado mundial para esos productos se calcula para 2002 en US$ 275 millones, en US$ 2.000 millones para 2004 y en US$ 3.600 millones para 2006.

El potencial del negocio también se ve reflejado en las cuantiosas sumas que arriesgan los capitalistas para invertir en emprendimientos de biotecnología.

La convergencia entre computación y biotecnología da luz al siglo de la biología.

Después de más de 40 años de desarrollo paralelo, la ciencia de la computación y la biotecnología convergen en una sola fuerza tecnológica y económica.

Así como las computadoras transformaron para siempre todos los sectores económicos en el siglo XX, la biología lo hará en el XXI.

Los descubrimientos en genomas están en el corazón de esta actividad.

Un genoma es todo el ácido desoxirribonucleico (ADN) en un organismo, que incluye los genes que hacen las proteínas que determinan en qué se convierte un organismo y cómo se comporta.

Los investigadores en todos los rincones del mundo corren carreras para armar la secuencia de 3.000 millones de pares base de ADN para identificar hasta 150.000 genes humanos.

Están logrando mucho más de lo que imaginaban, no sólo en cuanto a identificar genes, sino a aplicar ese conocimiento en diversas industrias. Algunas de ellas:

• Cuidado de la salud. La capacidad para decodificar genes y relacionarlos con determinadas enfermedades eliminará muchas enfermedades y convertirá en tratables muchas afecciones hasta ahora incurables.

La terapia de genes trae también promesas para muchas enfermedades y desórdenes como cistitis fibrosa, Alzheimer, Sida y cáncer.

Las drogas customizadas, o sea, preparadas para atacar características genéticas específicas, asegurarán un tratamiento eficaz sin reacciones adversas.

Un cuerpo biónico de partes reemplazables incluirá piel, cartílagos, nervios, vasos sanguíneos, miembros y órganos.

• Alimentos y fármacos. Los gigantes farmacéuticos del mundo están a punto de sumarse a un negocio muy parecido al de las grandes fábricas procesadoras de alimentos: el negocio de crear productos que sustentan la vida.

Pronto las drogas serán suministradas a través de alimentos, y los alimentos se concebirán para que prevengan una cantidad de enfermedades hereditarias y rasgos genéticos.

Las alianzas entre todos los principales actores es muy probable.

• Infotecnología. La biología está transformando la Infotecnología.

Computadoras y software basados en ADN aplican los principios de la selección natural y de mutación casual.

El ADN podría algún día cumplir la misma función del actual chip de silicio.

Llegará el momento en que los científicos podrán catalogar miles de variaciones genéticas para cada individuo, algo así como un código de barras genético.

• Manufactura. Novo Nordisk produce enzimas que reducen la necesidad de usar cloro en la fabricación del papel, un elemento sumamente dañino para el medio ambiente.

DuPont está invirtiendo millones para lograr productos químicos baratos y limpios capaces de reemplazar al petróleo como fuente de materias primas para productos como el nylon y los plásticos.

• Inversiones. La biotecnología –ahora que por fin consigue poner productos en el mercado– está a a un paso de lograr grandes éxitos.

El mercado mundial para esos productos se calcula para 2002 en US$ 275 millones, en US$ 2.000 millones para 2004 y en US$ 3.600 millones para 2006.

El potencial del negocio también se ve reflejado en las cuantiosas sumas que arriesgan los capitalistas para invertir en emprendimientos de biotecnología.

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