lunes, 25 de noviembre de 2024

La historia secreta de la crisis financiera

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El libro, cuya autoría pertenece a Bethany McLean y Joe Nocera, se llama “All the Devils are Here: the Hidden History of the Financial Crisis. Reseña, Ian McGugan en Bloomberg Newsweek>.

<p>Esa lamentable experiencia debería haber dañado la credibilidad de las calificadoras. Sin embargo ese negocio siguió floreciendo por la sencilla razón de que tanto las instituciones financieras como el gobierno necesitaban un cuerpo aparentemente independiente para poner un sello de aprobación a la deuda corporativa. Como dijo un ex analista, "Enron enseñó a los calificadores cuán pequeñas eran las consecuencias de una mala reputación”. <br />
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Y se tomaron en serio la lección. Durante toda la burbuja inmobiliaria las agencias ponían una triple A enormes paquetes de garantías respaldadas por hipotecas sin preocuparse en preguntar lo que pasaría si e precio de la vivienda se cayera. <br />
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En un mundo mejor, los reguladores se habrían lanzado sobre Wall Street y las agencias calificadores y los habrían obligado a corregir sus errores anteriores. Sin embargo, McLean y Nocera explican, los reguladores tenían poco músculo en una era en que tanto demócratas como re3publicanos creían que el mercado debía autorregularse. <br />
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Finalmente, todo tenía que venirse abajo. Luego de explicar con lujo de detalles las barbaridades cometidas por una multitud de instituciones e individuos, McLean y Nocera llegan a una conclusión poco sorprendente: “Mucho de lo que ocurrió durante la crisis se debió a conducta inmoral, injusta, cobarde y alucinante, pero no fue conducta criminal, sólo criminalmente estúpida.” <br />
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<em>All the Devils Are Here:<br />
The Hidden History of the Financial Crisis<br />
</em>Por Bethany McLean y Joe Nocera</p>

<p>Uno de los grandes misterios de la crisis financiera es que luego de m&aacute;s de dos a&ntilde;os y de docenas de libros publicados sobre el tema, todav&iacute;a no sabemos con exactitud qui&eacute;n fue el responsable del atraco. En All the Devils Are Here, Bethany McLean y Joe Nocera intentan crear aun policial financiero y asestar el &uacute;ltima pu&ntilde;alada en el reparto de responsabilidades. El resultado&mdash; que es una pintura bastante fant&aacute;stica de los banqueros de Wall Street, conglomerados de seguros y agentes de Washington &ndash; no es una novedad; sin embargo, los autores se distinguen por su trabajo de sabuesos. Claro que hubo malignidad, en mayor o menor medida, entre muchos banqueros de inversi&oacute;n, calificadoras de cr&eacute;dito y reguladores. Pero tambi&eacute;n hubo igual n&uacute;mero de gente que no ten&iacute;a ni la m&aacute;s p&aacute;lida idea. La gran conclusi&oacute;n de los autores es bastante simple: La gente brillante tambi&eacute;n puede hacer cosas est&uacute;pidas. <br />
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Los banqueros, por ejemplo, cocinaron a fuego lento intoxicantes que aceleraron la locura de las hipotecas y formularon brebajes de ciencia loca, como las tristemente famosas &ldquo;ODC&rdquo; (obligaciones de deuda colateralizada) que eran, en esencia, apuestas de casino sobre el mercado inmobiliario. De manera inexplicable, Wall Street tambi&eacute;n compr&oacute; su propio veneno en forma de derivativos y opciones. AIG, Bearn Stearns, Lehman Brothers y Merrill Lynch murieron, o se expusieron a la muerte tomando tambi&eacute;n su propia medicina. <br />
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&iquest;Son todas estas personas verdaderos genios del mal? M&aacute;s apropiado ser&iacute;a decir est&uacute;pidas. <br />
Las agencias calificadoras como Standard &amp; Poor's, Moody's Investors Service y Fitch deb&iacute;an ser uno de los principales monitores de la capacidad de cr&eacute;dito de las compa&ntilde;&iacute;as. Sin embargo, dicen los autores, no emitieron una sola advertencia sobre Enron, Tyco, o WorldCom antes de que esas tres empezaran a explotar en 2001.</p>

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