Este concepto aglomera aquellos principios que conforman la personalidad de las compañías y que asientan las bases de sus procesos y de su actitud. Se refiere a cómo los colaboradores “viven la organización”.
Es decir, el conjunto de hábitos y costumbres que definen su experiencia, en paralelo con sus objetivos profesionales que van más allá de la misión, visión y valores declarados por las compañías.
Entonces, ¿por qué es tan importante la cultura organizacional? Este conjunto de ideas, valores y actitudes está integrado por dos dimensiones: la interna y la externa. La primera tiene que ver con la relación que tiene la organización con sus colaboradores, con los asuntos internos, las políticas de bienestar, el clima laboral, etc.
La segunda, en cuanto al nivel externo de la cultura organizacional, se relaciona con el comportamiento de la empresa de cara al exterior y de su actitud. Se trata de la sumatoria de sus colaboradores y de la imagen corporativa que brinda hacia fuera: con sus clientes, socios estratégicos, y en general.
El rol del líder es fundamental para fomentar esta cultura organizacional y crear un mismo ADN. Siendo capitán del barco, es él quien lleva el timón, quien elige cuándo zarpar, quien conoce el mapa y define el rumbo de navegación. Lógicamente, en el camino se enfrentará a oleajes y tempestades como obstáculos, ante lo que la actitud y el conocimiento de la tripulación para alistar las velas, soltar amarres y estabilizar la embarcación, trabajando de manera colaborativa y sincronizada, serán vitales para poder seguir a flote rumbo al objetivo.
Lograr una cultura sólida que potencie las capacidades de sus colaboradores, en pos de que todo el equipo esté alineado a los valores de la compañía, puede ser fundamental. También es importante el surgimiento de nuevos líderes capaces de continuar la travesía, preservando y aportando a esos valores organizacionales por el bien de la embarcación, y su disponibilidad para nuevos desafíos.
La transparencia, la confianza y la empatía, además de la actitud y mentalidad positiva de los líderes frente a sus colaboradores, son factores determinantes dentro de una organización.
Naturalmente, es el líder quien contagia la emocionalidad y la actitud de los equipos. Si este comparte valores positivos y colaborativos, esto se reflejará luego en el comportamiento de su equipo. Por eso, aquellos que sepan cuidar el bienestar de sus colaboradores lograrán fidelizarlos y obtener su mejor versión.
Los colaboradores, al mismo tiempo, deben auto liderarse a sí mismos y comprometerse con los valores que propone la organización, siempre y cuando sean compartidos y aceptados, para generar un verdadero sentido de pertenencia. De esta forma, ellos eligen subirse a este barco y zarpar en la dirección que este propone.
Dentro de la cultura organizacional se debe ser responsable desde el metro cuadrado de cada uno. La suma de las partes dará como resultado un barco de buena madera, fuerte, inquebrantable y sofisticado, de calidad e intensidad, capaz de llegar a buen puerto.
(*) Director de Movant Connection y CEO de GEA Logistics