La comisión directiva la eligió por unanimidad y, en una decisión que ya ha generado un acalorado debate, mantendrá su actual cargo de CEO. Barra, con 54 años, sucede en la jefatura del directorio a Tim Solso, quien seguirá como director independiente.
Una cantidad respetable de críticos ya han manifestado que, en tiempos en los que la separación de los dos cargos más elevador en cualquier organización es considerada un reaseguro contra abusos de poder, nombrar a la misma persona para manejar la presidencia del directorio y la dirección general de la empresa es un error y significa retroceder varios pasos.
Una vez más, dicen, los miembros del directorio consideran que otorgar la presidencia de ese cuerpo es algo así como un premio para ejecutivos que se lo merecen y no un control que debe vigilar cada una de las acciones del gerente general.
La justificación que ofreció GM para su idea de concentrar en la misma persona ambos cargos es confusa: “en tiempo de cambios nunca vistos en nuestra industria, la compañía necesita combinar los roles para ejecutar con más eficiencia nuestra estrategia y plan para el futuro”. Dijo Solso en un comunicado.
“Barra, CEO de GM desde el 15 de enero de 2014, fue la primera CEO mujer de la industria automotriz norteamericana. En aquel momento, las feministas criticaron que no se la nombrara también presidente del directorio, como se había hecho con todos sus antecesores varones.
Durante su gestión, GM realizó grandes avances en cuanto a elevar los márgenes operativos en Norteamérica, a 11% en el tercer trimestre de 2015un sólido desempeño en la industria automotriz.
