<p>La cadena de televisión ABC sorprendió a sus espectadores con un informe sobre la carne vacuna. El informe hablaba sobre la presencia en la carne de amoníaco para matar bacterias: 70% de las muestras estaban contaminadas con la sustancia. A la audiencia no le cayó simpática la noticia porque a la hora de desembolsar su dinero quiere productos seguros y de calidad, no hamburguesas con olor a desinfectante.</p>
<p>Aunque muchas personas en el mundo empresarial ven la calidad como un costo extra –algo que puede recortarse según las realidades financieras- lo cierto es que no todas las calidades son iguales. Cuando se habla de calidad del producto se habla también del valor de la marca a largo plazo. Especialmente en épocas de vacas flacas, recortar presupuesto en términos de calidad puede ser un juego peligroso.</p>
<p>Las cadenas de supermercado lo saben bien. Habiendo aprendido de escándalos pasados la importancia de la calidad, después de emitido el episodio de ABC sobre la carne retiraron todas las marcas que usan amoníaco de sus repisas. Ofrecer carne con amoníaco ayudaba a aumentar las ganancias pero a un costo altísimo.</p>
<p>Las compañías que invierten en calidad saben que esa inversión, al largo plazo, se paga sola. Cuando los productos son buenos y seguros se ahorra mucho dinero en logística de post-venta: las devoluciones, las garantías y los clientes descontentos se convierten en cosa del pasado. Esa es la manera de atraer nuevos clientes sin perder puntos en reputación.</p>
<p>En el contexto de competencia global si las empresas quieren tener éxito necesitan entender que la calidad es lo más importante. De esta manera “Hecho en Argentina” debe traducirse como “Hecho con calidad”. Sólo entendiendo que calidad significa más dinero es que las empresas comenzarán a tomar en serio esta clase de inversiones.</p>
<p> </p>
La calidad agrega valor a la marca
Aunque muchas empresas ven la inversión en calidad como un costo extra aumentarla en los productos crea valor a largo plazo para las marcas.