domingo, 22 de diciembre de 2024

Jack Welch, el genio de GE, muere a los 84

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El legendario CEO, considerado el manager más exitoso del siglo XX, tomó las riendas de una empresa que fabricaba lamparitas eléctricas y la transformó en la más valiosa de Estados Unidos.

Muchos ubican el nacimiento del movimiento a favor del valor para el accionista en un discurso que dio Welch en el Pierre Hotel de Nueva York en 1981, a poco de hacerse cargo de GE. En aquel discurso explicaba su teoría sobre la conveniencia de vender los negocios que no dan buenos resultados y recortar costos para aumentar rápido las ganancias.

Como presidente y CEO desde 1981 hasta 2001, definió un estilo de management que lo convirtió en autoridad suprema en liderazgo. Durante su largo mandato transformó a General Electric de una fábrica de focos en un imperio internacional que llegó a producir desde turbinas para aviones hasta equipos médicos.

Cuando tomó las riendas en 1981, GE era un dinosaurio burocrático que se movía con lentitud por falta de iniciativa y entusiasmo. Por muy mal visto que estuviese, necesitaba reducir una plantilla de 412.000 empleados para crear una GE más ágil, competitiva y agresiva. Hasta comienzos de los ochenta, la gente consideraba que el empleo duraba toda la vida. El flamante CEO decidió que no quedaba más remedio que acabar con esa vaca sagrada. Por aquellos días era temido porque todos los años despedía a 10% de los gerentes con peores resultados mientras premiaba a los mejores con bonos salariales y stock-options.

Había comenzado la “Revolución Welch”, que produjo grandes cambios en el paisaje empresarial estadounidense con la primera gran reducción de plantilla, a la que sobrevivieron 270.000 empleados. Aunque más tarde reconoció que esa fue la parte más difícil de su trabajo, le acusaron de no tener corazón, de ser insensible y cruel y le apodaron “Neutron Jack“, en alusión a la bomba de neutrones que elimina a las personas pero deja los edificios en pie.

Los cambios que introdujo en General Electric eran tan nuevos que ni siquiera tenían nombre. En la actualidad se llaman “reestructuración”.

Con su novedosa estrategia, conservó las empresas que dominaban en sus mercados y se deshizo del resto. En adelante, todas las empresas de GE debían ser primeras o segundas en sus mercados. Su lema era “¡Reparar, Cerrar o Vender!”

Él decía que en el mundo empresarial los fuertes sobreviven y los débiles están condenados al fracaso. Los grandes y rápidos dominan el juego; los pequeños y lentos quedan atrás. Y como el éxito sólo premia a los más competitivos, desarrolló una estrategia que requería que todas las unidades empresariales de GE fuesen primeras o segundas en sus respectivos campos.

Su legado ayudó a muchos líderes empresariales a administrar menos, achicar burocracia y reducir rangos directivos; también sirvió de catalizador para dotar de mayor capacidad de acción a los empleados y hacer que sus ideas se tomen en cuenta. Todavía no existía la palabra “empoderar”.

El presidente Donald Trump tuiteó esta mañana que Welch fue “un amigo y partidario” y elogió su legado. “No ha habido un líder de empresa como Neutron Jack. “Nunca será olvidado”.

 

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