<p>El intento de reconstruir la reputación de irlanda tiene en su centro un cambio en las actitudes y conductas, dijo el recientemente electo presidente del Instituto de directores en Irlanda. <br />
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En su discurso inaugural Byrne dijo que la institución que pasa a presidir debe fijar niveles de conducta para los altos cargos y asegurarse de que nunca más ocurran las conductas que tanto daño han hecho a los intereses nacionales e internacionales del país.<br />
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Hablando ante 450 empresarios irlandeses en el hotel Four Seasons de Dublín, Byrne pidió a los presentes que asuman responsabilidad personal en sus respectivas áreas de influencia: “Debemos conducirnos de manera ética y honesta, con integridad personal y profesional en el centro de nuestras operaciones comerciales, y debemos exigir los mismos estándares a los demás”. <br />
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A la vez que reconoció el rol de la regulación en irlanda, advirtió sobre la necesidad de “estar atentos para que la excesiva regulación no inhiba los negocios o haga de Irlanda un lugar menos atractivo para hacer negocios. La regulación no es la solución para hacer las cosas bien”, dijo. <br />
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Pidió a todos aquellos que ocupan en un puesto en los directorios empresariales de Irlanda “que se haga las preguntas difíciles, que fomente el debate constructivo y cuestione al ejecutivo”. “Cuando las cosas salgan mal, no se escondan detrás de excusas ni pasen la responsabilidad a otro. Pónganse de pie y fijen el marco de conducta desde la cima. Si nosotros nos ponemos al frente, otros seguirán. Porque lo que tenemos que hacer siempre es lo correcto”.</p>
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Irlanda dispuesta a recuperar su reputación
El presidente del Instituto de Directores de Irlanda, Tom Byrne, reclama un cambio en actitudes y conductas de los directivos si se pretende reconstruir la reputación del país.