Se trata de un país donde en las últimas décadas ha aparecido una joven y vibrante clase media – especializada fundamentalmente en fabricación de alta tecnología y brindar servicios de software al mundo desarrollado – con un significativo poder de compra.
En la India el mercado creció muchas veces en los últimos años, y junto a ese crecimiento entraron marcas extranjeras a competir con los productos tradicionales del país. Simultáneamente, creció el poder adquisitivo de una inmensa clase media que por primera vez en la historia tiene dinero suficiente para gastar en gustos. Este crecimiento y refinamiento vertiginoso de la demanda interna ha puesto en aprietos al sector productivo local, que en términos generales, no alcanza a dar abasto con la demanda.
Eso explica el éxito de las marcas globales, que llegan envueltas en una pátina de prestigio internacional que las convierte en objetos deseables.
“Lo que hace falta en nuestro país es experiencia es branding, dice Shombit Sengupta, de la agencia Shining Emotional Surplus. “Nuestros fabricantes siguen pensando que branding es lo mismo que publicidad. Es importante que adviertan el impacto que las marcas internacionales tienen en las marcas locales. Nuestras marcas funcionan bien en el mercado cuando no está presente la competencia internacional”.
Poco a poco, los productores nacionales toman nota y actúan en consecuencia. La noción de “branding” todavía les es ajena. Nunca antes se habían visto en la necesidad de hacer campañas de marca en un mercado donde tradicionalmente había pocas opciones. Recién ahora van comprendiendo que “branding” es mucho más que publicidad. Ante la cruda realidad de haber perdido una significativa participación en un mercado que creían seguro, comienzan a desplegar cadenas de tiendas con marcas propias y una combinación de estrategias para imponerlas y dar la pelea.
Se trata de un país donde en las últimas décadas ha aparecido una joven y vibrante clase media – especializada fundamentalmente en fabricación de alta tecnología y brindar servicios de software al mundo desarrollado – con un significativo poder de compra.
En la India el mercado creció muchas veces en los últimos años, y junto a ese crecimiento entraron marcas extranjeras a competir con los productos tradicionales del país. Simultáneamente, creció el poder adquisitivo de una inmensa clase media que por primera vez en la historia tiene dinero suficiente para gastar en gustos. Este crecimiento y refinamiento vertiginoso de la demanda interna ha puesto en aprietos al sector productivo local, que en términos generales, no alcanza a dar abasto con la demanda.
Eso explica el éxito de las marcas globales, que llegan envueltas en una pátina de prestigio internacional que las convierte en objetos deseables.
“Lo que hace falta en nuestro país es experiencia es branding, dice Shombit Sengupta, de la agencia Shining Emotional Surplus. “Nuestros fabricantes siguen pensando que branding es lo mismo que publicidad. Es importante que adviertan el impacto que las marcas internacionales tienen en las marcas locales. Nuestras marcas funcionan bien en el mercado cuando no está presente la competencia internacional”.
Poco a poco, los productores nacionales toman nota y actúan en consecuencia. La noción de “branding” todavía les es ajena. Nunca antes se habían visto en la necesidad de hacer campañas de marca en un mercado donde tradicionalmente había pocas opciones. Recién ahora van comprendiendo que “branding” es mucho más que publicidad. Ante la cruda realidad de haber perdido una significativa participación en un mercado que creían seguro, comienzan a desplegar cadenas de tiendas con marcas propias y una combinación de estrategias para imponerlas y dar la pelea.