<p>La pregunta que desnuda la emergencia médica es: ¿Qué hace el Presidente internado en el Sanatorio Los Arcos?<br />
Hay que agradecerle a la carótida dos cosas: primero, que le haya dado una segunda oportunidad al Sr. Kirchner, algo que no todos tienen; y segundo, que haya desnudado las preferencias médicas del Sr. Kirchner, algo que tampoco todos tienen. <br />
Miles y miles de argentinos hacen colas en los hospitales nacionales, provinciales y municipales a la espera de ser atendidos. Miles esperan horas bajo la lluvia para obtener un turno para dentro de dos o tres meses para una consulta o para operarse. <br />
Miles deben recurrir a la Red Solidaria u otra institución similar para obtener sus medicamentos. <br />
Pero el Sr. Kirchner no. El ex Presidente está tranquilo, internado en uno de los hospitales más caros y modernos del país. <br />
Léase de nuevo: caros. <br />
La inmediata internación del ex Presidente no es algo que consigan todos. En horas, el Sr. Kirchner pasó de estar en su casa con una molestia a estar en la sala de operaciones. <br />
Un privilegio que no todos los argentinos tienen. En realidad, que la gran mayoría no tiene. <br />
El mensaje que la carótida interna del Sr. Kirchner ha desnudado es precisamente ese: el gobernante (ex Presidente, líder del partido gobernante y diputado nacional) no comparte los destinos de la mayoría de su pueblo. <br />
Estos languidecen en pasillos donde la implantación en horas de un stent salvador de un stroke isquémico es una utopía irrealizable. El líder del gobierno nacional y popular se recupera en un sanatorio privado. <br />
Atrás queda la época donde se decía que se haría atender en la Unidad Presidencial del Hospital Argerich. E inútil quedó la misma Unidad Presidencial del Hospital Municipal de Vicente López, donde iría en caso de emergencia domiciliaria. <br />
La distancia entre la Clínica Olivos y el Hospital Bernardo Houssay de Vicente López es de sólo unas cuadras. Pero la distancia económica es grande. <br />
Con toda su eficiencia y capacidad de sus médicos, ni el Argerich ni el Houssay son suficientes para el ex Presidente Kirchner. <br />
El acto reflejo de la emergencia desnudó al gobierno sin dejarlo pensar. <br />
No le dio tiempo a inventar justificaciones idiotas, frases agresivas, verbatim shots o respuestas publicitarias. Ningún think tank comunicacional pudo activarse para justificar lo evidente.<br />
El mensaje de ayer –y cuya claridad debemos a una carótida que no dio tiempo a pensar, sólo permitió actuar por instinto- es claro: “Si tiene prepaga o tiene plata, úsela. Intérnese en sanatorio privado”. <br />
Todo comunica. Los actos también. Los gobernantes argentinos no comparten la suerte de su pueblo, es el intertexto de este comunicado fáctico, no verbal o escrito. <br />
Y es un mensaje detestable.</p>
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Gracias, carótida.
Por Patricio Cavalli
Nos alegra a todos que el ex Presidente Kirchner evoluciones favorablemente. Lo que preocupa es el mensaje que deja su atribulada carótida, lo que emerge detrás del coagulo ahora estenizado.