Gestionar incertidumbres, la nueva demanda empresarial

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Los reportes de auditoría que generan los equipos interdisciplinarios contienen información que excede el control contable

Al punto que debe ser clasificada mediante el uso de tecnología para extraer pistas estratégicas domésticas y del mercado, así como futuros cursos de acción.

Los líderes de las grandes compañías, y también de las Pymes, se enfrentan por estos días a un cambiante escenario internacional para los negocios, que tienden a comprimirse, y a un contexto nacional signado por una reestructuración macroeconómica cuya estabilización, en algún punto de partida del que será un nuevo modelo a transitar, se desconoce.

Los novedosos y complejos riesgos a enfrentar y gestionar en forma simultánea desbordan a los equipos de profesionales y los expertos de las distintas áreas con que cuentan las compañías, quienes ya bastante tenían con el desafío de incorporar a los procesos estructuras ágiles e innovación tecnológica para alinearse a mercados cada vez más globales y desarrollar talentos que sean capaces de imbricarse en la cultura de la transformación digital.

Los equipos interdisciplinarios de profesionales que alternan dentro de las empresas, contratados como auditores externos, u otros que prestan servicios tercerizados contables y de consultoría, se terminan confundiendo en la labor cotidiana con la plana ejecutiva doméstica.

Y lo que era una medición de gestión que, a lo sumo, podría inducir a los responsables administrativos a tomar medidas correctivas, se convierte en una instancia mixta personal y profesional que oficia de medio para generar un clima de confianza interno con accionistas y empleados; y con clientes, proveedores, inversores, competidores, organismos de contralor y otros socios del negocio fuera de las cuatro paredes.

Si tradicionalmente la misión de la auditoría externa consistía en controlar los hechos consumados para, en consecuencia, emitir un informe sobre la razonabilidad de la información contenida en los estados contables, evaluar el ambiente de control interno y, finalmente, documentar sugerencias que pudieran ayudar al crecimiento y mejora, en la actualidad sus metas son más ambiciosas: comparte con el cliente patrones y tendencias representativos de un amplio volumen de datos que examina, incrementar la probabilidad de detección de fraude, disminuye el riesgo del muestreo e identifica áreas de mejoras en los procesos de negocios.

Además, eficientiza y ahorra tiempos, lo cual permite focalizar en otras áreas de riesgo que requieran de mayor análisis.

La expertise global circula por las redes de las propias entidades multinacionales sometidas a auditorías que, normalmente, son realizadas por equipos de firmas internacionales que poseen sucursales en todas partes y, por contar con una metodología común, las opiniones que generan están respaldada por un trabajo uniforme en los distintos países en los que tienen operaciones.

Por lo tanto, contienen requerimientos mínimos que deben cumplirse (incluyendo herramientas tecnológicas), a los que solo pueden agregarse requisitos adicionales para cumplir con cuestiones vinculadas a las normativas locales de cada país (como ser, en Argentina, las normas de prevención del lavado de dinero).

La mayoría integran el Foro de Firmas de IFAC (la federación internacional de contadores).

Por más que la incertidumbre se haya generalizado en todo el mapamundi, industrias como la financiera, la petrolera, la minera, la agropecuaria y la energética ocupan el vórtice de la afectación mundial por el conflicto comercial entre Estados Unidos y China, la conmoción que causó en el seno de mercado petrolero internacional el recrudecimiento de las hostilidades entre la Casa Blanca y Teherán y la desaceleración en el crecimiento de los negocios.

Es así como, oscilaciones de los mercados como las actuales aparecen junto a continuos cambios en los marcos regulatorios, tanto generales como por sectores, y obligan a permanentes replanteos en las estrategias.

Sucede que, más allá de las disputas geopolíticas, la relación entre el Estado y las empresas, principalmente en áreas como Seguros, Banca, Salud, Consumo Masivo o Telecomunicaciones, también venía siendo impactada con la incorporación de plataformas digitales que requieren un intercambio periódico de datos entre los contribuyentes y el fisco.

Asesores y clientes debieron zambullirse de lleno en la incorporación de tecnologías, con las cuantiosas inversiones que conllevan, para ponerse a tono con los nuevos requerimientos. En eso andan.

El auditor se ve en la necesidad de reformular sus procedimientos para asegurar que puedan ser mitigados los riesgos de que existan errores significativos en la información contable, ante el uso de plataformas de big data e inteligencia artificial en las prácticas habituales.

Las plataformas de big data posibilitan analizar una mayor cantidad de datos sobre la muestra de auditoría determinada, sin por ello utilizar mayores recursos lo cual reduce costos y, de alguna manera, mejora la valorización de los riesgos de la empresa y del auditor.

 

Incertidumbre tras incertidumbre

 

Argentina le adosa a este proceso su propio viraje en el rumbo de la economía que nadie a ciencia cierta sabe para dónde va.

De ahí que recurrir a firmas de Auditoría, Consultoría y diversos asesores en general para que varios ojos vean más que dos sea una opción casi ineludible para los responsables de conducir las empresas, sin distinción de formatos, que quieran anticiparse a repasar objetivos, fortalezas y debilidades.

La variedad de especialidades que necesitan ser abarcadas en un servicio de outsourcing que integren auditoría, consultoría, contabilidad, bufete de abogados, hace que los prestadores externos se hayan convertido en partners estratégicos de la alta dirección y estén directamente involucrados en las decisiones.

No obstante, todavía la auditoría sigue siendo la mayor fuente de facturación de los estudios globales diversificados, aunque el perfil requerido para el auditor comprenda otros conocimientos o habilidades, además de las normativas técnicas, y que dominen el análisis de datos, estadísticas y también seguridad en IT.

En su bagaje actual entran temas inherentes a la robótica e inteligencia artificial, prevención de fraudes, control de riesgos digitales, planificación y compliance impositivo, entre otros, si bien podría decirse que Argentina aún transita una etapa preliminar, por más que haya avanzado bastante con el uso de plataformas globales de big data cuyas matrices son compartidas en sus redes de sucursales por todo el mundo.

Logran, de este modo, analizar la información financiera en tiempo real, pero en la intimidad de las sedes locales admiten que deberán seguir investigando para poder lograr un verdadero cambio en el modo de auditar.

Se está gestando, en consecuencia, un verdadero cambio en el chip del auditor que redundará en buenos resultados en cuanto a la eficiencia y la reducción de riesgos a la hora de cumplir con su cometido: los clientes se verán beneficiados y los riesgos y costos, minimizados.

Tanto en Argentina como a nivel mundial, las firmas se involucraron activamente en esta nueva revolución tecnológica, mediante la creación de comités de innovación e inversiones continuas en software que orienten  sobre las asechanzas que deparará el futuro.

No sólo se están realizando inversiones en tecnologías para las auditorías en consonancia con los proyectos que en tal sentido albergan los reguladores, sino que también los estudios han ido incorporando estas cuestiones en su metodología de trabajo.

Están atentos a una eventual modificación de las normas de auditoría para adecuarse al impacto que les producirá la utilización de las nuevas tecnologías.

Organismos profesionales de otros países, como Estados Unidos, Reino Unido y Canadá, difundieron publicaciones y capacitación sobre la temática.

El potencial efecto de Data Analytics, RPA (Robotic Process Automation), Machine Learning, Blockchain, entre otras tecnologías emergentes, es potencialmente muy grande, y se considera que podría implicar, por ejemplo, una mayor eficiencia en el análisis de grandes volúmenes de información financiera a través de herramientas de Data Analytics (incluyendo para detección de fraudes), la automatización de determinadas tareas rutinarias y mecánicas a través de RPA, entre otros, aunque requerirá nuevas habilidades de los contadores.

El cambio también ya se está trasladando a los planes de carrera de las universidades, lo mismo que a la capacitación que brindan los consejos profesionales.

Por ejemplo, AICPA tiene un proyecto denominado “CPA Evolution” para modificar el examen para ser “Certified Public Accountant” en los Estados Unidos incorporando temas de tecnología.

Pero se advierte, asimismo, un compromiso individual de cada profesional para ponerse a tono con los desafíos que la nueva revolución tecnológica amerita y no quedarse fuera del mercado laboral en forma temprana.

 

Normalmente las auditorías de entidades multinacionales son realizadas por equipos de firmas internacionales con sucursales en todas partes, que cuentan con una metodología común, de manera que la opinión de auditoría está respaldada por un trabajo uniforme en los distintos países en que la entidad tiene operaciones.

Por lo tanto, contiene requerimientos mínimos que deben cumplirse (incluyendo herramientas tecnológicas) y al que solo pueden agregarse requisitos adicionales para cumplir con cuestiones vinculadas a las normativas locales de cada país (como ser, en Argentina, las normas de prevención del lavado de dinero).

 

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