Lo más impactante de la semana fue el anuncio deArthur Sadoun, CEO de Publicis, que dijo al promediar el festival que la agencia ha decididodejar de participar en todos los certámenes publicitario, los Leones de Cannes incluidos. Por su parte, Sir Martin Sorrell de WPP redujo a la mitad la el tamaño de la delegación que lo acompañó a Cannes, explicando que el motivo es un drástico recorte de costos. Dio a entender que el año próximo podría hacer lo mismo que anunció Publicis y no asistir a Cannes. El tema es que que el festival de la creatividad se fue convirtiendo con los años en el festival del champagne, por las fiestas armadas por cada uno de los grandes grupos publicitarios, en yates propios u hoteles alquilados donde las fiestas no duermen y el espumante no deja de correr.
Durante lo que debería haber sido una semana triunfal para Ascential, la compañía madre de los organizadores del festival, los inversores se asustaron y bajaron la cotización a las acciones del grupo.
La crítica nada velada que permeó las jornadas fue que hay una creatividad que necesita mucho dinero y gana premios (ésa es, generalmente, la que se prepara para presentar en los certámenes con poca atención dedicada al ROI) y hay otra creatividad, mucho más barata que gana adeptos.
Entonces sí, hubo una buena noticia en Cannes: los que se preocupan por combinar creatividad con eficiencia logran mensajes de marketing más efectivos y no necesitan grandes presupuestos.
Quedó en el aire la pregunta de qué pasará el año próximo, si habrá Leones o no y, si los hay, qué cambios presentará el festival que este año cumplió 64 años.