Esta situación aumentaría, a casi el doble, las probabilidades de abandono del centro de labores en los próximos seis meses, señaló Boston Consulting Group.
La pandemia del COVID-19 continúa afectando a los trabajadores, a nivel mundial, sometidos a un fuerte estrés. En particular, aquellos que son responsables de cuidar en sus familias a niños, adultos o adultos mayores y se sienten incomprendidos y sin el apoyo de sus empleadores, señaló el reporte Take Care of the Caregivers at Your Company de Boston Consulting Group (BCG).
Para dimensionar a este grupo de trabajadores y el impacto que generaría para las compañías su remoción o el abandono laboral, BCG realizó una encuesta a más de 14 mil empleados de Estados Unidos y Europa que tienen a su cargo a niños y adultos mayores. Los encuestados evidenciaron su preocupación por la seguridad laboral y su bienestar físico y mental en comparación con trabajadores que no tienen responsabilidades adicionales.
Más de la mitad de los padres encuestados, tanto mujeres como hombres, revelaron el aumento de sus responsabilidades en el hogar durante la pandemia, en tanto, su capacidad para realizar su trabajo había disminuido. Además, les preocupaba estar en desventaja en comparación a otros empleados.
También, se halló que un promedio del 20% de las madres y el 15% de los padres encuestados sintieron que sus gerentes no entendían cómo habían cambiado sus responsabilidades en el hogar durante la pandemia y aseguraron que no se les ofreció ningún apoyo que aborde directamente esta situación, inclusive en los meses en los que se detectó un mayor número de contagios.
Si bien muchas empresas han ofrecido lugares de trabajo flexibles y se han adaptado durante la crisis, se descubrió que el 20% todavía no lo hace.
Según BCG, reemplazar a un empleado es extremadamente costoso, ya que la contratación y la capacitación cuestan del 50% al 75% del salario anual del empleado y hasta un 200% si las personas son altamente capacitadas.
Para superar esta crisis, la disponibilidad de la vacuna juega un rol fundamental, pero no es la única salida.
El reporte también indica que las empresas deben adaptarse a la nueva realidad y dejar de juzgar a sus trabajadores únicamente en función de las métricas de desempeño tradicionales y, en su lugar, incluir las nuevas responsabilidades adquiridas durante la pandemia en sus evaluaciones.