El problema de la sucesión del CEO

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La duración típica del mandato de un CEO fue cayendo sostenidamente desde hace años hasta situarse en la actualidad en no más de cuatro o cinco años. En realidad los líderes empresariales en algunos negocios no suelen mantenerse en su cargo por más de dos o tres años.

<p>Dado que las transiciones pueden tener un impacto profundamente negativo en una compa&ntilde;&iacute;a, este acortamiento del mandato sugiere que la planificaci&oacute;n de la sucesi&oacute;n es m&aacute;s importante que nunca, opina Jennifer Pellet en la publicaci&oacute;n online Chief Executive.</p>
<p>Sin embargo, firmas muy bien manejadas suelen descuidar esa responsabilidad crucial. En una mesa redonda sobre el tema organizada por Chief Executive, Paul Winum (RHR International) se concluy&oacute; que no planificar la sucesi&oacute;n tiene enormes consecuencias y, sin embargo, muy pocas son las organizaciones que toman algunas medidas al respecto.</p>
<p>Pero se entiende el principal motivo que tienen para soslayar el tema: es complicado porque abarca muchas variables, exige la colaboraci&oacute;n entre el CEO y el directorio y presenta muchos posibles peligros. Adem&aacute;s, es directamente desagradable para un l&iacute;der empresarial que no tiene intenciones inmediatas de retirarse. Despu&eacute;s de todo, la tarea de desarrollar un plan sucesorio de emergencias implica hacer frente a a la posibilidad de tener que hacerse a un lado por razones poco alentadoras como inconvenientes gerenciales , temas de salud o incluso muerte.</p>
<p>En algunos casos el directorio puede forzar el tratamiento del tema y obligar al CEO a formular un plan sucesorio.</p>
<p>Pero los directorios tambi&eacute;n suelen ser reacios a poner la sucesi&oacute;n como prioridad, aport&oacute; Tom Wajnert, presidente ejecutivo de Alter Moneta, quien cont&oacute; haber formado parte de un directorio que encontr&oacute; una forma creativa de superar la inercia que invad&iacute;a el proceso de planificaci&oacute;n de la sucesi&oacute;n. &ldquo;Convocamos a una reuni&oacute;n de simulaci&oacute;n. Supuestamente la convocaci&oacute;n se hizo de forma urgente ante la sorpresiva desaparici&oacute;n de nuestro CEO en un accidente de avi&oacute;n. Pasamos dos horas pregunt&aacute;ndonos, por ejemplo, si alguno de los directores pod&iacute;a asumir la direcci&oacute;n ejecutiva, qui&eacute;n ser&iacute;a el vocero, etc. Fue una muy buena experiencia y a partir de all&iacute; pudimos ver la necesidad del proceso. En poco tiempo ya estaba iniciado.&rdquo;</p>
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