El marketing deportivo transforma pasión en resultados

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Gerardo Molina, profesor emérito en marketing deportivo, analiza en una columna de opinión el replanteo que se viene en América Latina y parte del mundo, por el uso de las redes sociales y la tecnología digital.

Desde hace diez años en mis clases como profesor en la universidad, en mis seminarios y conferencias, no me canso de repetir que el marketing tradicional, tal y como lo conocemos, consistente en buscar armas con las que disparar de la manera más eficiente posible a los clientes, pero que los disparos ligeramente y espaciosamente dan en un blanco preciso, por ello se ha llegado a una crisis terminal definitiva del marketing, el mismo mostro una gran resistencia de más de 100 años.

 

Hoy un encargado de marketing ya se está replanteando de modo obligado qué hacer con sus inversiones disponibles del área, y en especial en cuanto a comunicaciones de marca.

 

Llegó la hora augurada del replanteamiento del marketing empresarial en América Latina y en gran parte del mundo; las alternativas que maneja la industria deportiva de la mano del uso de las redes sociales y la tecnología digital, tuvieron mucho que ver en que el diálogo para llegar a los clientes tenga nuevo rostro y un diálogo diferente y más directo.

 

Euromericas Sport Marketing llevó a cabo un estudio en donde comprobó que el 76 % de la gente prefiere mensajes que incluyan “el componente deporte de algún modo”.

 

Es allí donde los publicistas y directores de productos deben trabajar para un mercado gobernado por la demanda y no por la oferta.

 

Desde mi punto de vista, hemos llegado a una evolución, la gente se enamora de las experiencias, de las historias bonitas, suaves y acogedoras, el deporte conlleva una carga de pasión inigualable, es por ello que lidera por tener los atributos de esas preferencias que nuestra actual sociedad vota de modo unánime. El marketing deportivo es para el marketing clásico un oasis, un mar en donde la publicidad masiva agoto al límite, por quedar o querer quedarse atrapada en un terreno que no es más que un gran laberinto de repeticiones invasivas en la mente de las personas, se quedó en una zona de confort.

 

El marketing deportivo está avanzando como modelo de desarrollo integral, en todas las grandes empresas, y no solo las oferentes de productos o servicios deportivos, sino en empresas de autos, tecnología y aviación, siendo un vehículo exitoso de comunicación sin fronteras.

 

La pasión vende y se transforma en resultados, brindando felicidad a los públicos y lo fundamental activa adrenalina no cansancio y stress mental, que es lo que evita el consumo.

 

Los comerciales de televisión, empiezan a migrar y tienen más vistas en los canales de internet por los distintos dispositivos y escenarios de acceso, en muchos casos más que en la televisión. En mi casa esta semana, mirando una serie, mi hijo tras llegar los comerciales lo primero que hizo fue tomar el control remoto de modo instintivo, pero el mismo no se usó porque el corte publicitario era de un auspiciantes de una marca que utilizo el deporte como tema del mismo, en donde el protagonista no era anónimo sino que era un jugador de futbol.

 

Una situación que se reitera de modo sistemático en los diversos públicos sin frontera alguna, es el efecto publicidad-deporte, porque cruza la corteza cerebral de modo transversal, allí está el secreto que develo, por primera vez aquí.

 

Queda claro que las empresas están dejando de invertir en campañas publicitarias masivas sin medir si genera sorpresa y emotividad, dado el comprobado bajón de atención, haciendo que los millones de dinero invertidos por los anunciantes se desperdicie. Este modelo, por pura lógica, comenzó a desaparecer a una velocidad inusitada. Mueren los anuncios emergen los contenidos que se puedan compartir.

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