Solo un 1% se despidió definitivamente de la oficina y decidió deshacerse de la indumentaria laboral, según revela el informe de Adecco, la consultora global en Recursos Humanos en el informe “El año que vivimos en Home Office – Parte 2” (la primera parte está publicada en el sitio de Mercado.
El 19 de marzo de 2020 comenzó el ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio) con motivo de la llegada de la pandemia, generada por el Covid-19, al país. Con motivo de esa situación alrededor de 3 millones de trabajadores, en un éxodo laboral sin precedentes, se despidieron de un día para el otro de sus compañeros, de las tazas con su nombre, de los cafecitos para hablar de fútbol, series y del jefe, y dejaron las oficinas para pasar al modo Home Office.
Lo que para muchos comenzó como el sueño de sus vidas se transformó casi en una gesta patriótica. Hoy, a un año del comienzo del Home Office, Adecco Argentina divulga la segunda parte de la encuesta “El año que vivimos en Home Office” para conocer cómo se encuentran esos trabajadores a los que el 2020 les cambió su vida laboral. ¿Para siempre?
¿El Home Office dejó de ser un beneficio? ¿Se mantendrá en 2021?
En los primeros meses de la cuarentena una de las mayores complicaciones de la nueva modalidad era el trabajo excesivo y la imposibilidad (en muchos casos) de poder cortar con la rutina laboral. El 42% trabajaba más horas que cuando concurría a la oficina.
Luego de casi un año, esta tendencia se revirtió ya que en la actualidad un 51% aseguró estar acostumbrado y acomodó sus tiempos para no trabajar más que cuando estaba en la oficina. Sin embargo, las jornadas laborales más largas que en la “normalidad” se mantienen para casi un 38% de los que participaron en la encuesta.
Con respecto al trabajo en casa con los chicos, un 19% admitió que al principio fue difícil pero con el paso del tiempo todos se fueron adaptando y terminó funcionando. Un 13% consideró que, más allá de todo, afecta la productividad laboral de las personas; mientras que para otro 10% de los consultados no afecta en absoluto. Frente a esta consulta, el resto de las personas prefirió no contestar.
Al solicitarle a los encuestados que señalen una palabra para definir al Home Office se destacaron estas cuatro con los siguientes porcentajes: encierro (casi 21%), cansancio y felicidad (17% para cada una), alegría (15%). Otras palabras que también surgieron con menores porcentajes son: equilibrio, flexibilidad, comodidad, oportunidad, adaptación y cambio, entre otras.
¿Hay ganas de volver a la oficina? Cerca de la mitad de los consultados tiene ganas de volver, pero bajo el modelo híbrido de unos días trabajando en casa y otros en la oficina. Casi un 26% asegura que no tiene ninguna intención y que prefiere seguir desarrollando sus tareas desde su casa, un 15% ya se cansó y quiere volver diariamente al modo presencial y un 9% no tuvo opción y ya volvió a la oficina en forma diaria.
Al momento de comentar aquellas cosas que se extrañan del trabajo bajo un mismo techo, un 45% destacó la relación con el equipo de trabajo como lo más importante. Otros temas que aparecen son poder separar el ocio de lo laboral; tener escritorio, silla y computadora; en tanto que un 20% remarcó estar mucho mejor trabajando desde su hogar y que no extraña nada.
¿Y la ropa? Hasta marzo de 2019, el 46% de los argentinos le dedicaba entre un 5% y un 10% de su salario a la vestimenta laboral. Con la llegada de la cuarentena, el pijama, el jogging, las pantuflas y las ojotas se adueñaron del “dress code” laboral. Un artículo publicado en The New York Times Magazine, durante abril de 2020, sostuvo que, si bien la venta de ropa en Estados Unidos cayó un 79%, la de los joggings había crecido un 80%. ¿Y qué pasó con esa ropa conformada por vestidos, polleras, blusas, zapatos, camisas, jeans, trajes, sacos y zapatillas que hoy llenan placares y roperos, y algunos miran con nostalgia y otros con alegría? Un 78% de los consultados aseguró que no hizo nada con esa ropa y sigue en el mismo lugar, casi un 21% la utiliza para salir, en tanto que solo un 1% le dio un corte definitivo a la situación, se la sacó de encima y la regaló.
¿Y las vacaciones? Un 40% de los consultados, por diversos motivos, no pudo tomarse vacaciones; un 27% dejó el tema para más adelante; un 17% realizó “Home Vacations” (se quedó en casa); mientras que un 16% tuvo la suerte de viajar y tomarse el ansiado descanso.
¿Desde dónde hacemos Home Office? El trabajo remoto abre algunas posibilidades en cuanto a la localización del trabajador. Ya no es necesario trabajar desde la misma ciudad, provincia o país si no se volverá a la oficina. Esto trajo algunas nuevas tendencias y sueños, como poder trabajar con vista a las montañas, a una playa, río, campo, viñedo o bien hacerlo desde un pueblo tranquilo o algún otro lugar.
En ese sentido, un 8% remarcó que se mudó en los últimos meses, a un 4% le gustaría hacerlo para poder estar más cerca de su familia, un 18% consideró la posibilidad buscando mayor amplitud en su hogar o bien algo más chico, un 20% pensando en ganar espacios verdes. Sin embargo, la mayoría (casi un 50%) no lo ha considerado.