Consumidor indignado en la época de los asirios

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La primera queja por mal servicio la hizo un hombre en la Mesopotamia antigua.

Han descubierto lo que podría considerarse la primera queja que vio el mundo por un mal servicio. Está grabada en una placa de arcilla que fue enviada hace unos 3.800 años desde el sur de la mesopotamia a la ciudad de Ur, que ahora es Tell el-Muqayyar en el sur de Irak.

En el Museo Británico de Londres como objeto número 131236, la placa de la primera era babilónica proviene de un hombre llamado Nanni to Ea-Nasir quejándose porque le han entregado un trozo de cobre con el grado de calidad prometido y por haber sido entregado con demora y en la dirección equivocada.

Las letras están escritas en idioma akadiano y grafía cuneiforme, una de las primeras formas de escritura, grabadas en la piedra, que tiene 11,6 centímetros de alto por 2,6 centímetros de espesor. La cantidad de esfuerzo que se necesita para hacerlo da una idea de la magnitud del enojo de Nanni.

La traducción del texto, hecha por un “asiriólogo” es la siguiente:

Digan a Ea-nasir: Nanni envía el siguiente mensaje:

Cuando usted vino me dijo lo siguiente: “Le daré a Gimil-Sin (cuando venga) lingotes de cobre de fina calidad.” Usted luego se fue pero no hizo lo que me prometió. Puso lingotes que no eran buenos ante mi mensajero (Sit-Siny dijo: “¡Si quiere llevarlos, llévelos; si no quiere llevarlos, lárguese!”

¿Por quién me toma, para tratarme con semejante desprecio?

He enviado como mensajeros señores coo nosotros para recuperar la bolsa con mi dinero (depositado con usted) pero me ha tratado con desprecio enviándolos de vuelta a mí con las manos vacías varias veces, y eso a través de territorio enemigo. ¿Hay alguien entre los mercaderes que comercian con Telmun que me haya tratado de esta forma? ¡Sólo usted trata a mis mensajeros con desprecio! A raíz de esa insignificante moneda de plata que yo le debo (?), usted se siente en libertad para hablar de esa forma, cuando yo he dado al palacio en su nombre 1.080 libras de cobre y umi-abumtambién ha dado 1.080 libras de cobre, aparte de lo que ambos hemos escrito en una placa sellada para ser guardada en el templo de Samas.

¿Cómo me ha tratado usted por ese cobre? Ha retenido mi bolsa de dinero en territorio enemigo; ahora es usted quien debe restituírmelo (mi dinero) en su totalidad.

Tome conocimiento de que (de ahora en adelante) no aceptaré de usted cobre que no sea de fina calidad. Seleccionaré (de ahora en adelante) y tomaré los lingotes individualmente en mi propio patio y ejerceré contra usted mi derecho a rechazarlo porque usted me ha tratado con desdén.

Cualquiera que se haya visto en la necesidad de escribir una carta a Defensa del Consumidor podría relacionarse fácilmente con este texto.

 

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